Escribo este artículo por dos motivos fundamentales:

La necesidad de pedir disculpas públicamente. 
A toda la buena gente de la ANC, que trabaja sin descanso: me sabe muy mal todo lo que ha pasado. Me siento en deuda con ellos por toda la gente que me ha apoyado, con mención especial para los compañeros de Cornellà y del Baix Llobregat. La mayoría ya me conocíais y sabéis cómo soy, pienso y actúo. Lo decía cuando me presenté: De cara. Pero cuando se hace patosamente, trae consecuencias nunca queridas. Os pido disculpas. Quiero incluir en este capítulo al presidente de la ANC, Jordi Sánchez, y a muchos de los miembros del secretariat: lo que ha pasado también los ha sometido a un desgaste muy injusto. Yo sólo puedo tener palabras de agradecimiento hacia ellos, por todo el trabajo hecho hasta ahora y por la confianza que en todo momento me han demostrado.

La necesidad de agradecer la multitud de muestras de apoyo, afecto y ánimos. 
El linchamiento que algunos me han querido hacer no ha sido poca cosa, pero lo cierto es que me afecta cero. Lo único que me afecta es haber podido decepcionar la confianza de la gente que me ha dado apoyo y, sobre todo, de la gente que más me quiere, amigos y familia. Pero todo este estallido de rabia contra mi persona lo único que hace es reafirmarme en la convicción de -matices aparte- estar haciendo lo correcto. No es fácil dar la cara ante este vendaval, y sois muchos los que lo habéis hecho. Tantos, que no he tenido oportunidad de agradecéroslo individualmente. Lo hago ahora y así. Muchas, muchas gracias por estar.

Decir "chusma" era evitable, y al decirlo se ha desvirtuado totalmente el mensaje que quería transmitir

También querría explicarme. Es evidente que me equivoqué con el tuit. Decir "chusma" era evitable, y al decirlo se ha desvirtuado totalmente el mensaje que quería transmitir, que era denunciar la deslealtad y asedio permanente al Govern y al procés independentista, de la CUP. Su falta de palabra. La indignidad de encontrar incluso divertido convertir unilateralmente en papel mojado lo que ellos mismos han firmado. Un colectivo que hace de la ausencia de valores y de principios, su manera de ser y actuar. Me equivoqué con la palabra "chusma", pero no me equivoqué ni un milímetro en la descripción que hacía del comportamiento y falta de valores de la CUP.

Vamos un poco atrás, sin embargo. El viernes un juez de Madrid concluía que sí se podían entrar estelades en la final de Copa gracias a un recurso interpuesto en mi nombre por los compañeros de Drets. ¡El sábado recibía amenazas directas (y públicas!) del españolismo más ultra (“té tatuaremos la bandera española en ti frente, “inde de mierda”). El domingo la CUP se burlaba de todos nosotros diciendo que se tienen que “librar” de los pactos que habían firmado. Cuando me enteré al llegar a Madrid, hice el tuit. El domingo y el lunes los mismos que reían y presumían en público de "tirar en la papelera de la historia" a un presidente y unos consellers imputados por poner las urnas el 9-N, se hacían las víctimas y denunciaban por las esquinas ser objeto de insultos.

Cuatro días intensos con unas historias muy significativas. Cuatro días que reflejan cómo algunos hacemos todo lo que podemos para alcanzar la independencia y defender nuestros derechos mientras otros ponen en peligro, día sí día también, el procés independentista, y cuando les pones un espejo en frente, se hacen los ofendidos. No les importa cargarse lo que sea, ni siquiera la ANC... mientras otros presentamos la renuncia para evitar que, ni que sea por un resbalón, la ANC se haga daño.

El cinismo de la transversalidad como excusa. Quizás no he sido lo bastante consciente de que, con mi elección como secretario nacional de la ANC, se desdibujaba —creo que injustamente— la línea que separa la opinión personal de mi dimensión representativa. Sinceramente, no he pensado nunca que mi responsabilidad de dar voz a todos los socios de la ANC que habían confiado en mí anulara mi dimensión como individuo. Creía que sería valorado por el trabajo hecho en el marco de la ANC, y no por mis opiniones personales. 

Nunca he entendido la transversalidad como que para ser miembro del SN me tuviera que practicar una especie de lobotomía y dejar de ser como soy. Transversalidad no significa que todos actuemos desprovistos de ideas y posicionamientos propios. Significa sentarse y trabajar juntos, por más alejados que estemos, y hacerlo formulando propuestas e impulsando proyectos que sean pensando en todos con el propósito firme de alcanzar los objetivos de la Assemblea Nacional de Catalunya. 

Es curioso que “alguien” hubiera parido un lema de la Assemblea (Endavant República Catalana) que coincide con las siglas de un partido político

Mientras tanto, es curioso que muchos de los que se rasgan las vestiduras por mi tuit, hace pocos días, en la assemblea general ordinària (AGO) de Manresa, hicieran cosas tan “transversales” como una tirada de camisetas de la ANC que no se podían distinguir de las de la campaña de la CUP de “desobeïm”. Como es curioso que “alguien” hubiera parido un lema de la Assemblea (Endavant República Catalana) que coincide con las siglas de un partido político, y se hagan chistes. Estas “casualidades” son muy curiosas. Todo ello, hecho en el ámbito de unas comisiones que han hecho y deshecho a su aire, sin atender al buen funcionamiento general de la ANC. Eso, para algunos, no malbarata la transversalidad de la ANC ni tiene más importancia. En cambio mis opiniones en Twitter sí. Es el colmo del delirio, la impostura y el cinismo.

Sobre mi renuncia
Para mí presentarme al SN era un acto de servicio. Hace tiempo que colaboro a niveles muy diferentes en todo lo que ha hecho falta. Con el mismo espíritu de acto de servicio he presentado hoy mi renuncia al SN: La Assemblea no se merece ser objeto de esta polémica. Y una vez generada la situación, y de acuerdo con el presidente de la ANC, lo mejor para acompañarla era presentar mi renuncia, cosa que he hecho. 

Ahí estaremos. Y con los valores de siempre. De cara

Así somos. Así actuamos. Somos, por suerte, diferentes. Y como somos diferentes, ahora seguiremos, como hago desde hace 32 años. Como dice la canción, "si té doy mí palabra nunca se romperá". Algunos tenemos interiorizados una serie de valores y principios que para otros parece que sólo son piedras en su camino hacia la república socialista, anticapitalista, antiheteropatriacal, etc. Pero hemos llegado más lejos que nunca y lo único que nos puede impedir alcanzar la independencia es que nosotros, una vez más, la caguemos.

Los Kortatu cantaban, allí por los 80s, "en cualquier adoquín está la primera línea". Pues eso, que la primera línea para trabajar por la independencia se encuentra por todas partes y en cualquier cosa que haya que hacer y podamos hacer. Ahí estaremos. Y con los valores de siempre. De cara.

Francesc Abad es exmiembro del secretariat de la ANC