La semana pasada tuve la ocasión de hablar con un periodista de Madriz (concepto) muy influyente. Me explicó una conversación con un asesor político que ha trabajado para varios líderes de todo el mundo. ¿Resumen? El asesor cree que Mariano Rajoy desactivaría el “problema catalán” convocando un referéndum en el que él está convencido de que ganaría el NO.

Pienso. Y me vienen a la cabeza dos reflexiones. La primera, política. Imaginemos que Rajoy toma esta decisión y sale adelante. Si lo consiguiera, no sólo no vería cómo le peligra la presidencia, sino que sería el megalíder español que ha solucionado “el” problema. Por lo tanto, entre mantenerse en el poder otra legislatura (como mínimo) y pasar a la historia como un estadista y un campeón, o bien sufrir por la silla y ser considerado como el hombre de plasma que se movía menos que el 3 de 10 descargado por Vilafranca per Tots Sants, el registrador de la propiedad ha optado por ir haciendo. Con aquella pereza.

La segunda reflexión es de lógica. Si el asesor ha explicado eso al periodista influyente y este lo va explicando por el mundo, es muuuy difícil que la explicación no haya llegado al entorno de Rajoy y, por lo tanto, al propio Rajoy. Entonces, ¿por qué ha renunciado a convocar el referéndum? Bien, quizás ya le va bien la situación actual. Sin el problema catalán, ¿de qué hablarían en Madriz (concepto)? ¿De la gestión de la crisis? ¿De Bárcenas, Gürtel y Rato? ¿De los sobres? Ui no, mejor coger la bandera de España y activar el nacionalismo electoral. ¿Problema? Ciudadanos lo ha agarrado antes y con más fuerza. Y se ha puesto a correr. Y muy rápido. Delante de un PP que lleva demasiado tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio físico, Ciudadanos parece Speedy Gonsales.

A ver, pues, si al final Rajoy salvará la cómoda de la yaya, pero tendrá que ponerla debajo de un puente. Y justo ahora que anuncian temporal.