Toyota ampliará su familia Land Cruiser con un nuevo modelo compacto que se situará como el escalón de acceso a la gama todoterreno más emblemática de la marca. Este vehículo, que aún no ha sido presentado oficialmente, se encuentra en una fase avanzada de desarrollo y está previsto que llegue al mercado en 2026. Su diseño, dimensiones y planteamiento lo convierten en un heredero directo del icónico FJ Cruiser, aunque adaptado a los estándares actuales en cuanto a funcionalidad, eficiencia y habitabilidad.
El nuevo modelo apostará por una carrocería de cinco puertas con un lenguaje de diseño claramente influenciado por los clásicos 4x4 de la marca. Líneas rectas, pasos de rueda bien marcados, un frontal vertical y una rueda de repuesto montada en el portón trasero configuran un estilo robusto y reconocible. En este sentido, no es ningún secreto que Toyota quiere recuperar parte del espíritu aventurero que marcó a modelos como el FJ, pero con un enfoque más racional y práctico.
A nivel técnico, el modelo utilizará la plataforma IMV-0, la misma que sirve de base para modelos como la Hilux Champ, lo que garantiza una arquitectura de tipo chasis de largueros. Esta elección permite ofrecer una auténtica capacidad off-road, con tracción total conectable, caja reductora, bloqueo de diferencial trasero y control de descenso. Estas soluciones lo posicionan como un todoterreno puro, alejado de los SUV orientados exclusivamente a la carretera que predominan en el segmento C.
Diseño clásico, proporciones compactas y enfoque global
Con una longitud aproximada de 4,41 metros, una anchura de 1,85 y una altura de 1,87 metros, el nuevo modelo se inscribirá dentro del segmento de los todoterreno compactos, aunque con proporciones generosas que le permitirán ofrecer una buena habitabilidad interior y un notable volumen de carga. La distancia entre ejes, de 2,58 metros, asegura un equilibrio entre maniobrabilidad y espacio.
En cuanto a motorizaciones, Toyota apostará por soluciones ya conocidas y contrastadas dentro de su catálogo. Se esperan variantes con motor gasolina atmosférico de 2.7 litros y opciones turbodiésel de 2.4 y 2.8 litros, todos ellos de cuatro cilindros. Esta gama cubrirá las distintas necesidades de los mercados globales, desde versiones orientadas al trabajo y la fiabilidad mecánica hasta configuraciones más potentes y refinadas.
Llama especialmente la atención que, a pesar de su tamaño compacto, el nuevo modelo mantendrá todas las características esenciales de un Land Cruiser. No se trata de una versión urbanizada ni de un derivado SUV, sino de un todoterreno con todas las letras, desarrollado para soportar condiciones exigentes y ofrecer durabilidad a largo plazo. El objetivo de Toyota es claro: ofrecer una opción más asequible dentro de su familia 4x4, sin renunciar al ADN que ha hecho del Land Cruiser un referente mundial.
Este lanzamiento coincidirá con el 75 aniversario del Land Cruiser, lo que refuerza su carácter simbólico dentro de la estrategia global de Toyota. El nuevo modelo no solo ampliará la gama hacia abajo, sino que también servirá para captar a un público más joven, interesado en la aventura, la fiabilidad y la autenticidad, valores que siguen definiendo la esencia de la marca.