No es que sea precisamente ningún secreto que, a diferencia de lo que ocurría hace ya mucho tiempo, cuando los sistemas de seguridad de los coches no eran tan avanzados como los de hoy en día, actualmente todos y cada uno de los modelos que se venden en Europa pasan por unos filtros y unas pruebas de seguridad que los convierte en medios de transporte muy seguros.

Es más, incluso los modelos más básicos que se venden hoy en día nuestro mercado cuentan ya con diferentes sistemas de ayudas a la conducción que permiten minimizar de forma más que evidente el riesgo de accidente, tanto provocado por el propio conductor como por otro modelo con el que se cruza por la carretera.

Sin embargo, por desgracia, siguen siendo varias las ocasiones en las que, especialmente si el accidente ha sido muy fuerte, ni los sistemas de seguridad ni los materiales de los coches poder acabar impidiendo que, por diferentes motivos, nos veamos atrapados en el vehículo sin poder salir ya que el accidente ha deformado tanto el chasis que las puertas se han quedado bloqueadas.

Los reposacabezas traseros del coche pueden ayudarte en caso de accidente grave

En este sentido, evidentemente la prioridad en estos casos no es otra que la de salir cuanto antes del vehículo para poder ponernos a salvo y alejarnos lo máximo de él, especialmente en caso de que el accidente sea muy grave y puede haber riesgo de incendio o explosión.

En cuenta que tanto el parabrisas delantero como trasero están fabricados en un material muy resistente, lo mejor que se puede hacer es intentar romper las ventanillas, y ahí es donde los reposacabezas traseros son nuestro mejor aliado.

Y es que en todos y cada uno de los coches que se venden hoy en día de Europa estos reposacabezas son extraíbles, y son precisamente las dos barras metálicas que salen de ellos las que nos pueden ayudar de forma más que sencilla siempre y cuando apliquemos una buena cantidad de fuerza a romper sin problema las ventanillas y poder salir del coche en caso de un accidente muy grave.

La función que seguramente la inmensa mayoría de conductores en nuestro país no conocen, entre otras cosas porque, por suerte, las situaciones en las que deberemos acabar acudiendo a este recurso serán o ninguno o contadísimas a lo largo de nuestra vida en la carretera.