Si bien es cierto que en España a nivel de ventas el modelo más vendido de Volkswagen es, desde hace ya muchos años, el T-Roc, es precisamente el hermano de segmento de este SUV, el T-Cross, el que se presenta como una opción seguramente más atractiva para aquellos que buscan una opción más racional en cuanto a precio.

Siendo además uno de los modelos más vendidos de la marca en Europa, no es casualidad que el fabricante alemán se haya tomado muy en serio la actualización de mitad de ciclo a la que se acaba de someter este modelo, entre otras cosas porque Volkswagen sabe muy bien que, si todo va según lo previsto, debería seguir siendo uno de sus top ventas en los principales mercados europeos durante los próximos años.

 

Como ocurre con el resto de modelos de su segmento así como con la inmensa mayoría de sus rivales directos, este SUV pasa por ser una opción idónea para aquellos que suelen conducir por entornos urbanos interurbanos, que no necesitan mucha habitabilidad ni mucha capacidad de carga pero, a la vez, quieran un coche con el que poder afrontar largos viajes en carretera y autopista sin ningún tipo de problema siendo conscientes, eso sí, de sus limitaciones en comparación con modelos de categorías superiores como es el caso del Tiguan.

El Volkswagen T-Cross es un buen SUV, pero mejor con el motor de 150 caballos

Dentro de la gama de motores de este modelo podemos encontrar tres opciones, en los dos casos de gasolina: una de 95 caballos que tan sólo se puede asociar a una transmisión manual, una de 115 caballos de potencia que se puede asociar a un cambio manual o un cambio automático DSG de 7 velocidades y una de 150 caballos que se puede asociar únicamente al cambio automático.

 

En cuanto a relación calidad precio, la versión seguramente más interesante y equilibrada por lo que se refiere también a prestaciones y consumo es la que cuenta con el motor de gasolina de 115 caballos de potencia asociado a cambio DSG. Sin embargo, como suele ocurrir con este tipo de motores, especialmente con motores con tan pocos caballos como es este caso, hay muchas ocasiones en las que esta mecánica se queda corta, por lo que, si el presupuesto lo permite, es mucho mejor opción ir directamente a por el motor de 150 caballos.

Es más que evidente que los que van a por un modelo de estas categorías no buscar un coche deportivo, pero contar siempre con un motor potente y que tampoco dispara el consumo en exceso comparado con otras versiones, es siempre sinónimo de poder contar con un coche con el que afrontar ciertas situaciones de una manera mucho más relajada y confiada.