No es ningún secreto que Mercedes lleva tiempo trabajando en ampliar su gama eléctrica con modelos que mantengan intacto el ADN de la marca. En este sentido, el futuro “baby Clase G” se perfila como uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos años. Se trata de una reinterpretación más pequeña, pero igualmente robusta, del icónico todoterreno alemán, que llegará al mercado en 2027 con un enfoque totalmente eléctrico y una orientación más accesible.

Lo destacable en este caso es que, a pesar de su tamaño más contenido, este nuevo SUV conservará la esencia del Clase G. Estará construido sobre la plataforma MB.EA, que ya se está utilizando en otros eléctricos de la casa, y permitirá autonomías que podrían superar los 600 kilómetros, según versión. Además, contará con un sistema de tracción total avanzado que simulará el bloqueo de diferenciales, una solución pensada para mantener intactas sus capacidades fuera del asfalto.

 

En cuanto al diseño, cabe destacar que el baby G conservará las líneas cuadradas y el porte contundente que siempre han definido al Clase G, pero en un formato más manejable para el uso diario. Con ello, Mercedes apunta directamente a quienes buscan un vehículo eléctrico con personalidad, sin renunciar a una buena dosis de funcionalidad ni a esa imagen de todoterreno puro que tan bien ha sabido cultivar.

Más compacto, pero sin perder el carácter

Lo que busca la marca con este nuevo modelo no es simplemente ofrecer una versión reducida del Clase G, sino abrir la puerta a un perfil de cliente más amplio que quizá no necesita un vehículo tan grande o costoso, pero sí quiere un SUV eléctrico diferente. En este contexto, el baby G llegará para cubrir ese hueco con un planteamiento honesto y coherente.

 

Por dentro, se espera un habitáculo moderno, bien equipado y con todos los avances en conectividad y asistencia a la conducción que ya conocemos en otros modelos eléctricos de Mercedes. Aun así, la estética mantendrá ciertos guiños al universo 4x4, lo que reforzará aún más su identidad.

En definitiva, este modelo no será un simple ejercicio de estilo. Mercedes tiene claro que el baby Clase G debe estar a la altura del nombre que lleva, y todo apunta a que lo estará. Un todoterreno eléctrico que no olvida sus raíces, pero que mira sin complejos al futuro.