Los grandes defensores de la globalización aseguran desde hace ya muchos años que han hecho de que la inmensa mayoría de mercados económicos estén ligados entre sí ayuda que, al final, el consumidor pueda tener productos que llegan desde la otra parte del mundo a un precio relativamente competitivo.

Sin embargo, no es que sea precisamente ningún secreto que, en un contexto como el actual en el que la globalización económica ya se ha impuesto, cuando aparece alguna crisis o algún pequeño problema a nivel económico, este problema acaba repercutiendo en todos los mercados.

Y eso es lo que está sucediendo actualmente con el precio de la gasolina y del diésel, los dos combustibles fósiles más utilizados y que, por mucho que en un futuro no muy lejano vayan a dejar paso a otro tipos de combustibles, tienen aún mucha vida por delante.

Así, si bien es cierto que evidentemente la inmensa mayoría de los ciudadanos se preocupa por el precio que tiene la gasolina y el diésel en su país, ver cómo están estos registros en otros países no hace otra cosa que dar algunas pistas de lo que puede acabar pasando en un futuro.

La gasolina alcanza su pico histórico en Japón, lo que evidencia que el futuro no parece ser positivo en este sentido

Es por eso que no son pocos los que aseguran que el hecho de que en Japón se haya llegado hace apenas unos días al pico histórico de precio de la gasolina, que en su caso se queda por debajo de los 1,2 € el litro, no hace otra cosa que evidenciar que la problemática con el precio de los combustibles no es que tan solo no esté cerca de acabar, sino que se puede prolongar durante mucho tiempo.

Y otras cosas porque la economía globalizada actual conflictos como el de Rusia y Ucrania afectan no tan solo a los propios países ni a los que están a su alrededor, sino a todos aquellos que dependen de algunos de los recursos de estos dos países, en este caso la gasolina y el diésel.

El hecho también de que las principales productores de petróleo hayan estado por reducir su producción está provocando que en países como Japón, como ocurrió hace más de un año en España, se alcancen los picos históricos de precios.