Por mucho que en los últimos años las mecánicas de los coches habían evolucionado enormemente gracias a la entrada en juego de los motores eléctricos de diferente grado, ya sean motores que ayudan a los motores de combustión de gasolina o diésel como tú eres 100 × 100 eléctricos que son los encargados de enviar la potencia de la ruedas, hay ciertos elementos en las mecánicas que siguen siendo los mismos que antes de la aparición de los eléctricos.

Uno de ellos es el filtro de aceite, uno de los elementos más importantes dentro de un motor, entre otras cosas porque ayuda a su correcto funcionamiento y a que no existan problemas en un futuro a nivel de roturas y problemas graves.

El principal cometido de este elemento no es otro que el de proteger el aceite lubricante de las impurezas que puedan llegar a él antes de que inicie su recorrido de lubricación por el circuito de engrase del motor. Si los motores no contaran con este elemento, las partículas podrían llegar a provocar desgastes en cojinetes y rodamientos así cómo averías en pistones y obstrucciones en cualquier elemento móvil del motor.

¿Cuándo debemos cambiar el filtro de aceite?

Teniendo en cuenta que la labor principal del filtro de aceite consiste en aislar del motor la suciedad del aceite, aportándole seguridad y protección al mismo, es importante que sea una pieza que se cambie con cierta regularidad. Cada fabricante apunta cada cuantos kilómetros es recomendable cambiarlo, aunque como media general suele hacerse cada 10.000 kilómetros.

Eso sí, son muchos los mecánicas que recomiendan, y más teniendo en cuenta que no es una pieza cara, aprovechar el cambio de aceite del motor para realizar también u cambio de filtro para evitar que se filtres algunos residuos en el aceite nuevo.

La inmensa mayoría de los conductores acuden a su mecánico de confianza para que le haga este tipo de cambio, aunque cabe destacar que no es una operación precisamente complicada. Tan sólo hace falta localizar el filtro, que suele estar en la parte baja del motor, desenroscarlo con la llave adecuada y con previamente un recipiente justo por debajo para recoger los posibles residuos que caigan, limpiar la zona e instalar el filtro nuevo con cuidado.