La industria de los combustibles como es el caso de la gasolina y el diésel siempre se ha caracterizado por ser una industria muy sensible a cualquier tipo de conflicto internacional. Teniendo en cuenta que la gasolina y el diésel es un producto que se vende en todo el mundo, no es que sea casualidad que, cada vez que ocurre un conflicto importante en alguna región del planeta, los precios de estos combustibles acaben variando.
Un buen ejemplo de ello es la escalada de precios que vimos en la gasolina y el diésel a raíz de el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, una escalada de precios que llegó a provocar que estos combustibles superarán la barrera de los dos euros en nuestro país, algo que no había ocurrido nunca.
En este sentido, no fueron pocos los expertos que aseguraron que, aunque de una manera diferente y más sutil, el inicio del conflicto entre Israel y Hamás hace ya unos meses y va a provocar también un aumento generalizado de los precios de los combustibles, algo que, por suerte para el bolsillo de los españoles, no ha ocurrido.
El conflicto en Yemen puede provocar subidas de precios
Sin embargo, cabe destacar que ahora sí que son muchos los expertos que aseguran que, a diferencia de lo que ocurre con el conflicto entre Israel y Hamás, el conflicto en Yemen y la inseguridad que está generando en el mercado y en todo lo referente al transporte marítimo sí que puede provocar una creciente subida de los precios tanto de la gasolina como del diésel.
Los diferentes ataques que han sufrido algunos barcos en el Mar Rojo ha provocado que las compañías navieras hayan dejado de pasar por el Mar Rojo para salir al Mediterráneo a través del Canal de Suez y opten por una ruta alternativa, bordear el Cabo de Buena Esperanza, algo que seguramente repercutirá en una aumento en los precios.
De momento no se puede dar nada por seguro, entre otras cosas porque siendo como es una de las industrias más volátiles del mercado, es muy difícil asegurar que algo va a ocurrir sí o sí. Lo que sí que parece evidente es que la escalada de problemas en Oriente Medio, una zona históricamente muy conflictiva, no va ayudar en ningún caso a que los precios se estabilicen.