Como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta que son muchos los conductores que necesitan el coche a diario para trabajar o para desplazarse, el nivel de precios que están alcanzando de nuevo la gasolina y el diésel está provocando muchos dolores de cabeza, entre otras cosas porque son precios mucho más altos de lo que era habitual en nuestro país durante mucho tiempo.

Cabe tener en cuenta que, hace apenas un año y medio, cuando empezó la guerra en Ucrania el 24 de febrero de 2022, el precio del diésel, era de 1,479 euros por litro, mientras que el de la gasolina se elevaba hasta 1,594 euros por litro, precios que se sitúan muy por debajo a los actuales, con la gasolina superándonos 1,7 euros el litro y el diésel superando los 1,6 euros el litro.

De esta forma, especialmente en lo que se refiere a la gasolina, rellenar un depósito de unos 55 l, que suele ser la media más o menos en nuestro país, es una operación que se está acercando peligrosamente a los 100 €. Sin embargo, no deja de ser curioso que, a diferencia de lo que ocurre con la gasolina, rellenar un depósito de diésel hoy en día es una operación más barata respecto a lo que costaba hacerlo en estas épocas hace un año.

El diésel ha bajado respecto a estas fechas en 2022

Rellenar un depósito medio de 55 litros de diésel supone actualmente unos 91,74 euros, unos 2,1 euros menos que los 93,83 euros que costaba en el mismo periodo de 2022. Evidentemente es una diferencia muy menor, de apenas dos euros para una cantidad total que casi llega a los 100 €, por lo que no se trata de un ahorro mayúsculo en los bolsillos de los españoles.

En este sentido, por mucho que la escalada de precios esté siendo alarmante, el diésel sigue siendo una opción más barata que la gasolina, lo que acaba repercutiendo evidentemente en el bolsillo de los conductores. Eso sí, que los dos casos estemos cada vez más cerca de los 100 € a la hora de rellenar el depósito de gasolina no hace otra cosa que evidenciar que, más allá de bajadas puntuales o diferencias muy menores respecto a meses atrás, muchas familias están sufriendo las consecuencias de este aumento de precios.

No es casualidad entonces que diferentes países en Europa, siendo Francia seguramente el más arriesgado en este caso con su nueva estrategia permitiendo la venta a pérdidas, los que estén apostando por diferentes medidas para intentar ayudar a sus ciudadanos.