Si bien es cierto que muchos en nuestro país son amantes de la mecánica y que, de hecho, suelen ser ellos mismos los que realizan algunas pequeñas reparaciones en sus coches, también lo es que la inmensa mayoría de los conductores apenas tienen conocimientos ni de mecánica de ni de mantenimiento de sus vehículos, de ahí que acudan regularmente a su taller de confianza para que sea un especialista el que lleve a cabo las diferentes reparaciones necesarias.
Lo habitual, no deseado de hecho, es tan solo tener que acudir al taller para pasar la revisiones periódicas necesarias por el número de kilómetros que lleva el coche, y no hacerlo porque haya parecido algún tipo de problema.
Sin embargo, cabe destacar que en ocasiones no cuesta precisamente mucho llevar a cabo una pequeña revisión de elementos tan fundamentales como son las pastillas de freno para ver que, en el caso de que estén desgastadas, acudir al taller antes de que salte el aviso por parte del coche.
Las pastillas de freno son un elemento fundamental
Cabe recordar que las pastillas forman, junto a los discos de freno, un elemento fundamental en el sistema de frenado de los coches, entre otras cosas porque son las encargadas de ayudará a acabar frenando el vehículo en cuestión.
Si bien es cierto que evidentemente todos y cada uno de los especialistas en los talleres revisan este elemento cada vez que un coche pasa una revisión general, como conductores podemos intuir ya cuando toca realizar un cambio de este elemento, entre otras cosas porque lo habitual es que incluso cuando realizamos una frenada se pueda escuchar un pequeño chirrido que indica que las pastillas tienen un grosor por debajo de lo que es recomendable el nivel de seguridad.
Si con esto no estamos del todo seguros y queremos quedarnos tranquilos, también podremos hacer efectuar una revisión visual en la que si vemos que las pastillas en cuestión tienen un grosor de menos de 2 mm deberíamos cambiarlas con urgencia. Por suerte, como ocurre con buena parte de este tipo de mantenimiento, cambiar las pastillas de freno no supone un gran gasto en el taller, teniendo el precio de unas pastillas nuevas rondan los 30 €, un precio al que se deberá sumar eso si la mano de obra, que en este caso, a no ser que ocurra algo excepcional, no suele ser mucho rato.