La incorporación de Adrian Newey a Aston Martin ha marcado un antes y un después en la estructura técnica del equipo británico. Su llegada como socio técnico y copropietario ha supuesto una reorganización profunda con el claro objetivo de convertir a la escudería en un aspirante real al título mundial. Newey, considerado uno de los diseñadores más influyentes en la historia de la Fórmula 1, ha comenzado a dejar su impronta con un enfoque que ya ha sorprendido a figuras clave del equipo, incluyendo a Fernando Alonso.
La sede de Aston Martin en Silverstone ha sido renovada para adaptarse a las necesidades del nuevo fichaje. Entre los cambios, destaca la creación de una oficina específica para Newey, que cuenta con un tablero de dibujo tradicional, en línea con su estilo de trabajo. Además, se ha completado un nuevo túnel de viento y se ha reconfigurado la infraestructura técnica para permitir un desarrollo más integrado entre chasis y unidad de potencia, en colaboración con Honda de cara a 2026.
El enfoque de Newey no se centra en modificar de forma radical el actual AMR25, sino en diseñar desde cero el monoplaza que competirá bajo el nuevo reglamento técnico. En este sentido, su trabajo ya está orientado plenamente al vehículo de 2026, lo que justifica las decisiones tomadas en cuanto a recursos y planificación. No es ningún secreto que esta estrategia prioriza el medio plazo frente a los resultados inmediatos, aunque sin descuidar el rendimiento durante la actual temporada.
Un proyecto a doble escala: presente competitivo, futuro ambicioso
El AMR25 seguirá evolucionando, pero sin recibir cambios estructurales de gran calado. La escudería ha optado por mantener una línea de trabajo continuista, centrada en resolver problemas de correlación entre el simulador y el comportamiento en pista. Fernando Alonso ha coincidido con Newey en la necesidad de mejorar la precisión de los datos, aunque también ha señalado que el equipo está logrando avances más rápidos de lo previsto en este ámbito.

Por otro lado, el objetivo para el resto de 2025 será consolidar un rendimiento sólido que permita llegar con garantías a la fase de transición hacia el nuevo reglamento. La implicación de Newey en cada aspecto del diseño de 2026 es total, y se ha convertido en el núcleo de una estrategia que incluye también el fichaje de otros técnicos de alto nivel, reforzando las distintas áreas clave del equipo.
Cabe destacar que este cambio de rumbo no solo tiene un componente técnico, sino también cultural. La llegada de figuras de primer nivel ha elevado el nivel de exigencia interna y ha redefinido las metas de Aston Martin. El proyecto ya no apunta únicamente a consolidarse como equipo competitivo, sino a situarse en la primera línea de la parrilla a corto plazo.
El binomio Newey-Alonso comienza a tomar forma como uno de los más sólidos y ambiciosos de la categoría. Con una estructura técnica en expansión, un coche en evolución y un horizonte claramente definido, Aston Martin se posiciona con decisión ante el gran desafío que supondrá la temporada 2026.