Fue hace ya muchos meses cuando en España se superaron en la inmensa mayoría de gasolineras la barrera de los 2 euros por litro tanto en la gasolina como en el diésel. Un precio que se convertía así en el máximo histórico visto en nuestro país y que, por suerte, ya es cosa del pasado.

Y es que hoy en día el precio medio de la gasolina se sitúa en torno a los 1,8 euros el litro, mientras que el diésel se queda en torno a los 1,7 euros el litro. Eso sí, cabe destacar que, teniendo en cuenta el contexto internacional actual y, sobre todo, el inicio de un nuevo conflicto en la Franja de Gaza con Israel y Hamás como protagonistas ya está provocando que sean muchas las voces que aseguren que es muy probable que se vuelva a superar dentro de no mucho esta barrera de los dos euros por litro.

Entre otras cosas porque este conflicto ya está provocando que el precio del barril de petróleo haya aumentado en los últimos días. Teniendo en cuenta que el precio del barril acaba siendo muy importante para fijar el precio en las gasolineras, no es extraño que empiecen ya las primeras subidas de precio.

La barrera de los 2 euros por litro puede volver a caer en España

Ha sido Vivek Dhar, el director de materias primas mineras y energéticas del Commonwealth Bank el que ha apuntado recientemente que “Para que este conflicto tenga un impacto duradero y significativo en los mercados petroleros, debe haber una reducción sostenida en el suministro o transporte de petróleo”.

En este sentido cabe destacar que Irán es uno de los países acusados de apoyar a Hamás y que, teniendo en cuenta que es el responsable del 3% de la producción de petróleo a nivel mundial, si el conflicto va más allá e Irán acaba entrando oficialmente en guerra, es muy probable que los precios aumenten.

Teniendo en cuenta que el 40% de las exportaciones mundiales pasan por el Estrecho de Ormuz, entre Omán e Irán, si Irán acaba enfrentándose a Israel el conflicto podría provocar un aumento de entre 5 y 10 dólares en los precios del petróleo, algo que evidentemente implicaría también un aumento notable en los precios finales en las gasolineras.