El Ibex ha subido esta tarde hasta los 9.500 puntos dentro del ambiente festivo que se vive en las bolsas al verse unas economías entonadas y un punto febriles al que se sumado el petróleo.

Con un Viscofan promovido a valor a buscar en el futuro, , la banca recuperó en el Ibex la senda alcista perdida en diciembre al ver que la inflación interanual alemana en diciembre ascendía al 1,7%, el nivel más alto desde 2013. Eso representa tipos de interés a largo plazo más elevados, lo que beneficia al sector bancario. La inflación se cobra porque aumenta la tasa descuento. Y así, el Santander , Caixabank, Sabadell, Bankia y Popular se revalorizaron dejando atrás sesiones bajas o anodinas.

El repunte del petróleo ha sido aún más fuerte ya que cotiza a 58,27 dólares, acercándose al nivel de  los 60 dólares, donde el mercado cifra su alza previsible en 2017. Pero al petróleo le gusta mucho la inflación. Bebe en su copa, como ya hizo en las crisis del petróleo en los años setenta.

Eso lo saben muy bien los alemanes, que en la Bolsa de Frankfurt se han mostrado bajistas aun cuando el IPC alemán se acerque al objetivo del 2% del BCE, alza que también se ha apoyado en una reducción de la tasa de desempleo germano al 6%, el nivel más bajo desde la reunificación alemana.

Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones ha retornado el sueño de alcanzar los 20.000 puntos, meta que fue abandonada en las últimas sesiones de 2016. La rentabilidad  del bono a 10 años también ha subido allí hasta el 2,495% mientras el euro retrocedía frente al dólar con el que se intercambiaba a 1,0383. A su vez, Donald Trump ha amenazado a General Motors con imponerle aranceles por producir en México. Lejos de condenarlo, Wall Street ha sonreído con si fuera algo tan exótico como el misil nuclear intercontinental de Corea del Norte. Estamos entrando en un nuevo año.