La periodista de la CNN Clarisse Ward, que mantiene la cobertura informativa desde Afganistán, ha vivido un incidente en Kabul, cuando un grupo de talibanes la ha increpado, y dos de ellos incluso han amenazado al equipo con fusiles.

"Hemos tenido que correr y ponernos a cubierto", ha detallado. Los hechos han sucedido en la proximidad del aeropuerto de la capital afgana. La periodista y su equipo han quedado rodeados por una multitud desesperada que intentaba dar a conocer al mundo su historia. Pero los talibanes han empezado a disparar tiros en el aire para dispersarlos.

Pocos segundos después un talibán con un "látigo improvisado", con un candado, se le ha enfrentado y ha ordenado "a gritos" que se cubriera la cara, aunque Ward ya llevaba puesto un hiyab (pañuelo islámico). Dos talibanes más han amenazado al productor con golpearlo con la culata del rifle si no dejaba de grabar con el teléfono móvil.

Activistas talibanes cargan contra Clarissa Ward (CNN) y su equipo. Ward informa de los obstáculos a los que se enfrentan americanos y afganos para intentar llegar al aeropuerto de Kabul, porque los combatientes talibanes intentan bloquear el acceso con tiros y violencia", indica la CNN

Las amenazas no han parado hasta que uno de los talibanes ha alertado a sus compañeros de que eran periodistas del medio norteamericano, supuestamente por el temor de que lo que estaba pasando pudiera tener consecuencias. "He cubierto todo tipo de situaciones locas, pero eso ha sido un caos, una locura", ha declarado la reportera. "Es imposible que un civil común pueda escapar del país incluso aunque tenga los papeles necesarios para hacerlo. Es muy arriesgado, es muy peligroso, es completamente impredecible. No hay ningún orden, no hay un sistema coherente para procesar a las personas", ha explicado.

Mientras tanto, los talibanes reprimieron el miércoles su primera revuelta civil desde que el domingo proclamaron la victoria en Afganistán, al enfrentarse a centenares de manifestantes que pedían mantener la bandera nacional y no sustituirla por la radical islámica.

La protesta por la bandera tuvo lugar en Jalalabad, capital de la provincia oriental de Nangarhar, cuando "los manifestantes quisieron colgar la bandera tricolor nacional, en vísperas [del aniversario] de la independencia de Afganistán del Imperio Británico", explicó a Efe un testigo, que pidió el anonimato.

Los talibanes reaccionaron "disparando al aire" y golpeando a algunos de los presentes, entre los cuales periodistas, mientras pedían que la sustituyeran por la bandera blanca inscrita con la declaración de fe islámica, que representa su Emirato Islámico.

Pero después de la mediación de líderes tribales, los insurgentes aceptaron finalmente que se colgara la bandera "hasta que se establezca el nuevo gobierno" talibán, resolviéndose así un conflicto que dejó al menos dos muertos y varios heridos, según recoge la prensa local afgana.