La Unión Europea celebra los 60 años del Tratado de Roma con una ceremonia en la capital italiana que pretende mostrar que todos los países miembros están comprometidos con la unidad de la organización y que la voluntad general es la de avanzar juntos hacia nuevos proyectos de futuro. Ahora bien, el acto de celebración será ya sin el Reino Unido y el debate interno actual se centra en encontrar una manera de trabajar en grupos reducidos y a diferentes velocidades para evitar que los países menos implicados frenen el ritmo del resto.

La declaración que apoyarán los jefes de estado y de Gobierno de los veintisiete, con la mirada puesta en los retos que supone el Brexit, marcará el modus operandi general de los próximos años. La próxima década tiene que servir, según el compromiso de los líderes, para construir una UE más segura, prospera, social e influyente a nivel internacional.

El texto del sexagésimo aniversario reflejará la perspectiva histórica de la Comunidad Europea y pondrá de relieve las buenas acciones de la organización a lo largo de la historia. "Estamos decididos a hacer a una Europa más fuerte a través de una mayor unidad y solidaridad entre nosotros", apunta el último borrador de la Declaración de Roma.

Juntos pero separados

Utilizar un discurso de inclusión no será tan fácil. Los debates internos se han centrado en el objetivo de organizar una cooperación a diferentes velocidades por evitar así que los países menos implicados y con menos peso en la UE lastren los avances de territorios más potentes como Alemania o Francia, entre otros.

España, habitualmente partidaria del proyecto integrador en bloque, se ha sumado recientemente a la mayoría que contempla esta actuación por separado, siempre que se enmarque en los actuales tratados de la Unión.

Recelos internos

El objetivo del encuentro es mostrar un ambiente de celebración general, pero eso puede ser tan sólo un espejismo. En las horas previas, Polonia y Grecia han alimentado la crispación y han amenazado con boicotear la cita negandose a firmar la declaración. Aun así, Alexis Tsipras ya ha matizado que se sumará al texto y, en la misma línea, desde la UE no se contempla la posibilidad de que estos dos países se distancien del acuerdo porque sus recelos tienen que ver con cuestiones políticas ajenas a esta reunión.