La aerolínea estatal Turkish Airlines ha despedido a más de 200 trabajadores, tanto de las oficinas como tripulantes de cabina, en el marco de la purga de funcionarios después del golpe de estado fallido del 15 de julio.

La compañía ha confirmado en un comunicado el cese de 211 personas y, entre los argumentos, ha citado no sólo necesidades operativas o de eficacia, sino también supuestos vínculos con el movimiento del clérigo Fethullah Gülen, exiliado en los Estados Unidos.

Por otra parte, el operador Turk Telekom, propiedad del Estado en un 30%, despidió este viernes a 198 personas "en colaboración con las fuerzas de seguridad". Algunos de los responsables de la compañía han sido citados a declarar por la Fiscalía.

Las autoridades turcas han cesado, suspendido o detenido unas 60.000 personas –la mayoría funcionarios– a raíz del intento golpista. El presidente, Recep Tayyip Erdogan, argumenta que el Gobierno está eliminando una "estructura paralela" que tendría Gülen como cerebro .