La reanudación de la campaña de las presidenciales ha empezado este domingo los Estados Unidos después meses sin actos electorales como consecuencia del coronavirus.

Trump se estrenaba en el BOK Center de Tulsa, en Oklahoma, que tiene un aforo para 19.000 personas. Pero no lo ha llenado. Aunque el posible presidente reelecto prometió hacer lleno en el estadio, las imágenes monstren que gran parte de las graderías estaban vacías.

De hecho, había previsto un acto previo a los exteriores del recinto con el vicepresidente Mike Pence, que se ha suspendido horas antes por falta de afluencia. Celebrar un mitin en un espacio cerrado contradice las recomendaciones de los expertos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU., que piden evitar grandes reuniones en persona donde sea difícil mantener al menos dos metros de separación y haya participantes llegados desde fuera de la localidad.

El equipo de campaña de Trump insistió en que estas directrices son "opcionales" y, aunque ha remarcado que cogería la temperatura a los asistentes y repartiría mascarillas, no los han obligado a ponérsela. Paradójicamente, para acudir al mitin había que comprometerse a no denunciar al equipo electoral de Trump en caso de contraer la enfermedad durante el acto.

"Menos tests, menos casos"

Uno de los comentarios más sorprendentes y comentados del acto electoral es que "los tests son un arma de doble filo" ya que "cuándo haces tantos tests aparecen más casos". "Así que he pedido, frenad los tests, por favor".

Trump hace estas afirmaciones justo cuando los casos de contagio confirmados diarios a los EE.UU. han superado los 30.000 por segundo día consecutivo. Y es que el foco de la pandemia en el territorio norteamericano se ha desplazado ahora de Costa Este en los estados del Oeste, como California, Florida, Tejas y Arizona, que suman entre los cuatro casi la mitad de nuevos casos en todo el país.