Víctimas "en masa" en un tiroteo en Orlando. Se trata de la peor matanza a tiros de Estados Unidos desde que Barack Obama llegó a la Casa Blanca en 2009.

La masacre ha tenido lugar esta madrugada en la sede del condado de Orange en el club nocturno Pulse, un local frecuentado por homosexuales, y que ha acabado con 50 muertos, 53 heridos y el asaltante abatido por la policía, según ha informado John Mina. 

La policía ha tenido que pedir apoyo a cuerpos locales, estatales y federales y, por el momento, el FBI lo está investigando como "un acto terrorista".

Todo ha empezado a las 8.00 horas -a las 2.00 horas del horario de Orlando- cuando el club estaba a punto de cerrar.

El atacante se ha atrincherado con rehenes dentro del local y ha empezado a disparar sin cesar. Llevaba dos armas encima, un fusil de asalto y una pistola.

Ha sido entonces cuando una gran cantidad de vehículos de emergencia ha llegado a la zona y, según la televisión pública de Orlando WFTV, unas 40 personas han sido trasladadas al Centro Médico Regional de la ciudad.

Un testigo ha asegurado en la televisión WESH haber escuchado unos 40 tiros, mientras que otra -incrédula- ha relatado que "pensaba que era parte de la música hasta que vi el fuego de su pistola". Fue entonces cuando avisó a su pareja y vio cómo "todo el mundo se tiraba al suelo".

La policía de Orlando ha tenido que llevar a cabo una "explosión controlada" cerca del local, según ha informado en su cuenta de Twitter, desde donde ha ido haciendo uno minuto a minuto de cómo estaban actuando desde fuera y han aprovechado -junto con el club- para dar instrucciones a través de las redes sociales.

De hecho, la policía de Orlando ha pedido de manera reiterada que la gente sólo siguiera el caso vía Twitter y que no hiciera llamadas o enviara correos electrónicos.

El propio club ha avisado a través de Facebook que "todo el mundo salga de Pulse, y poneos a correr".

En los comentarios de la red social, se pueden encontrar los relatos de diferentes testigos que han estado presentes y que explican que "la gente estaba bailando en la pista" y cuando ha empezado el tiroteo los que estaban cerca de la barra "han conseguido salir al aire libre". Un testigo ha intentado calmar los ánimos asegurando que él ya estaba en casa y que "espero que todo el mundo llegue también a su casa sano y salvo".

Según un comentario en la red social, ha habido mucha gente que ha atribuido los hechos a musulmanes norteamericanos y, de hecho, el FBI lo está investigando como un "acto terrorista".

Otros han pedido también a través de Facebook que "continúen rezando" por su hija que continuaba dentro, y relataban que han hablado con ella por teléfono y ha escuchado los tiros.

Dos horas más tarde, una mujer mostraba su alegría al ver cómo su hija ha vuelto a casa cuando, finalmente, los agentes han abatido al asaltante y así lo han anunciado en Twitter.

El alcalde de la ciudad, Buddy Dyer, ha condenado los hechos y ha lamentado que "se trata de un crimen que tendrá un grave efecto en la comunidad".

Este crimen múltiple ha tenido lugar sólo 24 horas más tarde que un joven asesinara a la cantante de 22 años Christina Grimmie cuando acabó su concierto en The Plaza Live de Orlando. El atacante -de 27 años- le disparó un tiro en la cabeza y luego se suicidó. Según la policía, llevaba dos pistolas encima.

Motivos homófogos

El padre de Omar Mateen, identificado como el responsable de la matanza de esta madrugada, ha pedido perdón por los actos de su hijo, que atribuyó a motivos homófobos, y que han costado las vidas de 50 personas y 53 resultaron herida.

"Pedimos perdón por todo esto. No teníamos ni idea de lo que iba a hacer. Estamos tan conmocionados como el resto del país. Aquí no ha habido motivos religiosos", comentó en declaraciones a la cadena estadounidense NBC.

El padre de Mateen indicó que su hijo había manifestado hace dos meses su enfado tras ver dos hombres haciéndose un beso en el centro de Miami y ha opinado que este podría haber sido el motivo que le llevó a efectuar la matanza .

Mateen, estadounidense de ascendencia afgana y de 29 años, estaba casado y tenía un hijo de tres años, según ha confirmado su padre. El joven, de acuerdo con las autoridades, mantenía conexiones con "elementos radicales islámicos" pero carecía de antecedentes delictivos.