Pánico colectivo. Esta es la mejor manera de definir la escena vivida ayer, en hora punta, en la estación Pennsylvania de Nueva York después de que dos miembros del servicio de seguridad dispararan su pistola eléctrica para inmovilizar a dos sospechosos que hacían caso omiso de sus indicaciones.

Justo después de que los dos agentes de Amtrak, encargados de proteger los ferrocarriles, usaran la Taser contra los dos individuos, la multitud reunida cerca de la escena empezó a gritar y a correr. El pánico se generalizó y provocó una situación caótica, que desembocó en una estampida del centenar de personas que se encontraban en la estación ferroviaria principal de Nueva York. Según han informado los bomberos de la ciudad, las carreras descontroladas se saldaron con una decena de heridos.

En plena confusión y desorden colectivo, algunas personas hicieron correr el falso rumor de que había un francotirador activo dentro de la terminal y eso hizo aumentar gravemente el nerviosismo por los pasillos de la estación, donde la gente se acumulaba detrás de columnas, mostradores y mesas para refugiarse del hipotético tirador.