El medio digital de noticias bielorruso TUT.BY ha informado del secuestro, por parte de unos desconocidos, a María Kolésnikova en pleno centro de Minsk. Según algunos testigos que han presenciado los hechos, una de las principales líderes opositoras al presidente, Alexandr Lukashenko, ha sido captada esta mañana al lado del Museo Nacional de Arte de la capital por personas "no identificadas que la han obligado a entrar en un minibús y se han alejado en dirección desconocida". El vehículo llevaba un letrero donde se podía leer "comunicación". Los hechos habrían sucedido pocos minutos después de las diez de la mañana.

Una de las personas que ha podido ver el momento, bajo el nombre de Anastasia, explica al diario que quería acercarse a Kolésnikova para agradecerle todo lo que está haciendo por el país pero finalmente ha decidido cambiar de opinión para no molestarla. Mientras se alejaba, ha visto que un vehículo de color oscuro esperaba a la líder opositora en una esquina de una calle y de allí han salido unas personas tapadas con una máscara que "han empujado a Kolésnikova" dentro del minibús. También ha podido presenciar cómo uno de los que la han secuestrado, le ha retirado el teléfono y lo ha lanzado al suelo por la ventana del vehículo mientras se marchaban. Posteriormente, han podido comprobar que el número tiene señal pero nadie lo coge.

Kolésnikova no es la única que ahora mismo se encuentra totalmente deslocalizada. Pável Latushko, miembro del Consejo de Coordinación de la oposición bielorrusa, también ha confirmado que dos miembros más están desaparecidos: Antón Rodnenkov e Iván Kravtsov. Por su parte, la policía local de Minsk ha declarado a la agencia rusa de información RIA Novosti que no tienen información y no saben nada sobre la detención de ningún miembro de la oposición.

Kolésnikova es la única contraria en el gobierno de Lukashenko que había decidido no exiliarse y, días atrás, se mostraba optimista con el futuro del país y las protestas democráticas. En sus últimas declaraciones afirmó que el presidente bielorruso estaba desesperado porque había solicitado la ayuda del presidente ruso, Vladimir Putin: "Es una muestra de su debilidad, nos intenta convencer con un Kaláshnikov en mano de que es un hombre fuerte. Pero todos sabemos que no es así".

En paralelo, las protestas no tienen tregua. Por quinto domingo consecutivo, ayer los bielorrusos volvieron a salir a la calle con concentraciones en Minsk, Grodno, Vitebsk, Brest, Mogilev, Baranovichi, Bobruisk, Novopolotsk, Kobrin, Zhodino, Orsha, entre otras ciudades. La represión tampoco para y va en aumento. Las detenciones ya empiezan antes de la hora marcada por las protestas y siguen después de las marchas pacíficas. Ayer detuvieron a porrazos y con violencia policial a más de 600 manifestantes de los 100.000 que plantaron cara a Lukashenko.