El canciller alemán, Olaf Scholz, ha pedido este jueves a Alemania que se prepare ante un posible corte del suministro de gas ruso, como ya ha sucedido con Bulgaria y Polonia, que se han negado a pagar esta materia prima en rublos, como ahora exige el Kremlin. "Nos tenemos que preparar para eso", ha declarado Scholz, sin que de momento esté claro que este corte finalmente se produzca. "Sólo se puede especular sobre si el Gobierno ruso tomará una decisión, y qué decisión será, pero no tiene mucho sentido hacerlo", ha añadido desde Tokio, donde está de visita oficial. El canciller alemán ha explicado que el Gobierno alemán ya había empezado a prepararse ante este escenario antes de que Rusia invadiera Ucrania.

Después del corte en Bulgaria y Polonia, estos han argumentado que han cumplido sus obligaciones, a pesar del corte ruso. Moscú ha descartado que sea un "chantaje" pero ha avisado de que más países pueden sufrir lo mismo si no pagan en rublos. Moscú quiere forzar la venta de gas en rublos porque su moneda está devaluada a causa de las medidas internacionales restrictivas aprobadas por la invasión de Ucrania.

Alemania sigue dependiendo en gran manera del suministro de gas ruso, pero quiere cambiar otras fuentes cuanto antes mejor. Coincidiendo con esta situación la inflación ha aumentado en Alemania. En concreto, se ha incrementado un 7,4 por ciento en comparación con abril del año pasado, según la Oficina Federal de Estadística. Este es el nivel más alto de inflación desde el otoño de 1981. Los economistas esperaban que se mantuviera en el 7,3 por ciento registrado en el mes de marzo. Los precios de la energía han aumentado un 35,3% en abril, con respecto a abril del año pasado, después del 39,5% de marzo. En cambio, los precios de los comestibles han aumentado un 8,5 por ciento; los bienes un 12 por ciento y los servicios un 2,9 por ciento. Entre los factores que favorecen este incremento de los precios está la guerra de Ucrania. Rusia es uno de los principales exportadores de petróleo y gas a Alemania, y también de algunos productos metálicos como el paladio, además del trigo y los componentes de fertilizantes.

Mientras tanto, el gobierno de Hungría ha confirmado que utilizará el sistema de pagos puesto en marcha por Rusia para pagar en rublos las importaciones de petróleo y gas, después de la batería de sanciones impuestas contra Moscú por su invasión militar de Ucrania. Así lo ha anunciado el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, que ha defendido la decisión de Budapest en una entrevista concedida a la cadena de televisión CNN y ha destacado que "el 85% del suministro gas" y "el 65% del suministro de petróleo" llegan desde Rusia.