ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
El economista Xavier Sala-i-Martin ha hundido dialécticamente al alto representante diplomático de la UE, Josep Borrell, después de la medida que ha anunciado en el Parlamento europeo, que consiste en pedir a los ciudadanos que "bajen la calefacción" para no contribuir a la adquisición de gas ruso. "¿Soy el único que piensa que Josep Borrell se ha convertido en el Benny Hill de la diplomacia europea? Si os fijáis, cada vez que abre la boca la gente se ríe masivamente del personaje. Pero él sigue", ha ironizado el economista. Sala-i-Martin ha recomendado leer el artículo con la sintonía del programa de humor políticamente incorrecto de Benny Hill, que se hizo famoso en los años 80 en la BBC, y estaba protagonizado por el actor Alfred Hawthorne Hill.
Soy el único que piensa que @JosepBorrellF se ha convertido en el Benny Hill de la diplomacia europea?? Si os fijáis, cada vez que abre la boca la gente se ríe masivamente del personaje. Pero él sigue (leer este Tweet mientras se escucha eso: https://t.co/IJvlgAs3J7……) https://t.co/rTq5h9hzlQ
— Xavier Sala-i-Martin (@XSalaimartin) March 9, 2022
Josep Borrell ha hecho un llamamiento que parecía un ruego desesperado para que toda la ciudadanía de la Unión Europea baje drásticamente su consumo de gas a través de la calefacción. El alto representante se ha dirigido a los eurodiputados en un discurso de más de diez minutos en inglés y castellano. Ha sido en castellano cuando ha sido más explícito: "La primera cosa que tenemos que hacer es cortar el cordón umbilical que nos une con Rusia y el flujo que le permite acumular reservas y eso lo podemos hacer a nivel político macro. Por eso nos marcamos recortar dos terceras partes hasta finales de año. Pero también requiere medidas técnicas que piden que los ciudadanos europeos bajen la calefacción del gas. Hacer un esfuerzo individual y recortar el consumo de gas igual que recortamos el consumo de agua si hay sequía o nos ponemos una mascarilla para combatir virus. Corten el gas de sus casas".
"Lo que hemos hecho con la covid, ahora lo tenemos que hacer a favor de Ucrania, es decir, a favor de los compromisos individuales". Borrell, en un discurso más sereno donde denotaba haber rectificado las polémicas y las mofas que hacía de esta crisis antes de estallar la guerra el 24 de febrero, admite el error: "Hemos empezado tarde. Cuando Putin ya ocupó Crimea dijimos que teníamos que reducir su dependencia y en vez de eso, la hemos aumentado". Por lo tanto, Borrell no niega la mayor: "Dependemos del gas ruso así que lo primero que tenemos que hacer es acabar con esta dependencia. Cuando a las cinco de la mañana, hace dos semanas, sonó el teléfono y mi jefe de gabinete me dijo que había empezado el bombardeo, sentí que dejábamos atrás una página de la historia y entrábamos en una nueva era donde los europeos tenemos que ser capaces de hacer frente a este reto que nos ha lanzado Rusia. No queremos entrar en guerra, hacen falta dos para negociar la paz y sólo uno para entrar en la guerra. El universo mental de Putin es diferente al nuestro y por eso ha hecho lo que ha hecho".
De esta manera, se suceden los discursos más pesimistas de los políticos europeos. El presidente francés Emmanuel Macron ya certificó que venían tiempos muy complicados después de su encuentro con Putin y hoy Borrell ha dicho lo mismo en la Eurocámara. Y los lamentos del socialista se han repetido: "Es evidente que tendríamos que haber actuado con más rapidez. Al fin y al cabo nos exigirá una posición muy dura y tenemos que estar dispuestos a pagar el precio porque las consecuencias de esta guerra perdurarán mucho tiempo y configurarán las políticas europeas a lo largo de décadas. Supondrá un cambio para la política de seguridad y defensa de la UE, la fragmentación de la economía mundial será una derivada de la reconversión del arma de la interdependencia".