A lo largo de los más de nueve meses que hace que dura la guerra entre Rusia y Ucrania, quien ha tirado la mayoría de ataques sobre el oponente ha sido el ejército de Vladímir Putin. Ahora, pero el ejército ucraniano parece que ha conseguido penetrar en territorio ruso, pero no lo ha hecho por el suelo, sino por aire. El aeropuerto de Kursk, una ciudad rusa situada a escasos cien kilómetros de la frontera con Ucrania, ha sido atacado con drones esta madrugada. Este ataque se suma a los de Riazan i Saratov, bases de la aviación estratégica rusa. El ataque ha preocupado al máximo mandatario ruso, Vladímir Putin, que ha convocado de urgencia al Consejo de Seguridad de Rusia para analizar los ataques con drones contra su territorio.

Como resultado del ataque contra el aeródromo, del cual Moscú culpa a Ucrania, se ha incendiado el tanque de almacenaje de petróleo del aeródromo. Ninguna persona ha resultado herida. "Un tanque de almacenaje de petróleo se ha incendiado cerca del aeródromo de Kursk como resultado de un ataque con drones", ha informado al gobernador regional de Kursk, Roman Starovoit. "No ha habido víctimas. El fuego se está localizando. Todos los servicios especiales están trabajando en el lugar". El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha subrayado que las autoridades están adoptando "medidas adicionales" para proteger su infraestructura petrolífera en el sur del país. El aeropuerto de Kursk se cerró para la aviación civil el 24 de febrero, día del inicio de la campaña militar rusa en Ucrania, y desde este momento ha sido una base de las fuerzas de aviación del ejército ruso, con un importante peso en su ofensiva gracias a su proximidad con Ucrania.

Según los expertos, este ataque es el más fuerte en territorio ruso perpetrado por el Ejército ucraniano desde el inicio de los combates en febrero. Este ataque, así como los ocurridos en otros aeropuertos rusos en los últimos días, han disparado a las críticas de expertos y blogueros militares rusos por la falta de previsión de las autoridades. Los últimos ataques sugieren que Kiev está adoptando inesperadamente nuevas tácticas golpeando instalaciones militares dentro de Rusia, mucho más allá de sus zonas fronterizas.

El lunes, el Ministerio de Defensa de Rusia acusó a Ucrania de ser responsable de dos ataques con drones llevados a cabo centenares de kilómetros en el interior de Rusia, que mataron a tres personas. Si se confirma, estos informes podrían indicar una evolución importante en la guerra que se intensificó con la invasión rusa a gran escala de Ucrania a febrero, con las fuerzas ucranianas ahora capaces y dispuestas a atacar objetivos dentro de Rusia. Kiev no ha reclamado ninguno de los tres ataques de drones, aunque altos funcionarios hicieron provocaciones hacia el Kremlin después de las explosiones de los aeródromos del lunes.

Este ataque llega el mismo día que Rusia y Ucrania han intercambiado a 60 prisioneros de guerra de cada bando. "Como resultado de unas negociaciones, 60 militares rusos, cuya vida corría peligro en cautividad, fueron reanimados del territorio controlado por Kiev", ha confirmado el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigú. Por su parte, el jefe de la Oficina Presidencial ucraniana, Andriy Yermak, ha apuntado que entre los prisioneros intercambiados hay "58 hombres y dos mujeres".