Rusia ha condenado al opositor Alexéi Navalni a 19 años de prisión más por "extremismo", de manera que tendrá que cumplir la pena en una cárcel con régimen especial —donde están los presos reincidentes o los que han recibido cadenas perpetuas—. El juicio ha tenido lugar este jueves en la prisión de la región de Vladímir, situada a unos 200 kilómetros de Moscú y donde Navalni ya cumple nueve años por estafa. La noticia ha llegado el mismo día que hemos sabido que la Unión Europea quiere persuadir al Kremlin para reabrir la ruta de exportación de grano de Ucrania.

El opositor ruso está acusado de crear una organización extremista, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), fundado en 2011 e ilegalizado hace dos años. Extremista o no, lo cierto es que se trata de una entidad que fastidió de mala manera al Kremlin cuando denunció el enriquecimiento ilícito de altos funcionarios. Entre dichos funcionarios estaba el presidente, Vladímir Putin, a quien en 2021 le recriminaron tener un suntuoso palacio cerca del mar Negro. Por otra parte, Navalni también se ha enfrentado a cargos por financiar e instigar actividades extremistas, crear una organización que atentó contra los derechos de los ciudadanos e involucrar a menores de edad en acciones peligrosas, en referencia a manifestaciones opositoras no autorizadas.

Navalni: estafa, extremismo y... ¿terrorismo?

El juez del Tribunal Urbano de Moscú, Andréi Suvórov, tan solo ha tardado unos pocos minutos en dictar la pena contra Navalni, que ha comparecido en la sala vestido con un uniforme de presidiario. Los servicios penitenciarios han impedido que la prensa esté presente en la sala, de modo que los periodistas han tenido que seguir la audiencia por televisión desde otro cuarto. La propia prensa ya había especulado durante los últimos días que el opositor podría ser trasladado a otra institución penitenciaria lejos de la capital.

Navalni había pronosticado una condena "estalinista" de 18 años, mientras recordaba que todavía tiene que ser juzgado por un tribunal militar por terrorismo, lo que podría significar otros 10 años de prisión, según sus cálculos. Sin embargo, ha pedido a sus seguidores que no se rindan y que sigan protestando contra el Kremlin de manera silenciosa. "No hay nada vergonzoso en escoger la forma más segura de protesta. Es vergonzoso no hacer nada y dejarse intimidar", ha asegurado en Telegram. Finalmente, la oposición extraparlamentaria ha lamentado que el opositor no quedará en libertad mientras Putin siga en el poder.