El Reino Unido se ha convertido este martes en el primer país europeo en superar los 100.000 muertos por coronavirus, al sumar a 1.631 nuevos fallecidos a la "sombría estadística" de la pandemia, según ha declarado el primer ministro Boris Johnson. "Lamento profundamente cada una de las vidas que se han perdido y asumo la responsabilidad completa por todo lo que ha hecho el Gobierno" para abordar la crisis sanitaria, ha afirmado Johnson en una rueda de prensa, en la que ha recalcado que la vacunación es la vía para "liberarse del virus".

Al ser cuestionado sobre posibles errores en la lucha contra el virus por parte de su Ejecutivo, que a finales de abril del año pasado se marcaba como objetivo no superar los 20.000 muertos, el primer ministro ha sentenciado: "Realmente, hicimos todo lo que pudimos, y lo continuamos haciendo, para minimizar la pérdida de vidas".

Este martes se han registrado 20.089 nuevas infecciones en el Reino Unido, una reducción de las transmisiones por cuarta jornada consecutiva, después de que el viernes se comunicaran 40.261 contagios. Johnson ha asegurado que "en los próximos días o semanas" evaluará la posibilidad de relajar las estrictas restricciones que impuso en Inglaterra hace tres semanas, que exigen a la población no salir de casa sin un motivo esencial, si bien ha subrayado que para hacerlo deben continuar bajando las infecciones.

La nueva cepa "ha cambiado la situación"

A pesar de la reducción de los contagios, el consejero médico del Gobierno para Inglaterra, Chris Whitty, ha llamado a la cautela y ha recalcado que las cifras todavía son "muy altas". La nueva variante del virus detectada por primera vez en el Reino Unido, que se considera entre un 30% y un 70% más contagiosa que la original, "ha cambiado la situación en la que estamos de manera sustancial", ha alertado Whitty.

El consejero del Gobierno británico también ha asegurado que el cambio en la evolución del virus no era predecible en septiembre, cuando tan solo comenzaba a extenderse la nueva variante desde el sur de Inglaterra, y ha recalcado que el escenario actual es "muy diferente" al que anticipaba el Gobierno hace pocos meses debido a esa mutación.

Whitty ha revelado que al menos durante dos semanas su equipo temió que las actuales medidas de confinamiento no fueran suficientes para "contener" a esa variante, que, según advirtió el Gobierno la semana pasada, puede estar asociada a una mayor tasa de mortalidad.

El sistema sanitario sigue presionado

A pesar del paulatino descenso de los contagios, la presión sobre los hospitales británicos sigue siendo la mayor desde que comenzó la pandemia, con más de 37.000 pacientes ingresados, más del doble del pico que se alcanzó en la primera ola, el pasado abril.

En Inglaterra, en tan solo un mes se ha pasado de 18.000 pacientes ingresados con covid-19 a 33.000, ha indicado Simon Stevens, el director ejecutivo del servicio público de salud inglés (NHS England). "Hemos visto cómo ese incremento se iba propagando desde el sureste hacia el este de Inglaterra, y de ahí hacia las Midlands (centro de Inglaterra), algo que es consistente con la expansión de la nueva variante del virus", ha subrayado.

Tan solo en los siete últimos días han sido hospitalizadas 26.781 personas con coronavirus, por lo que Whitty ha advertido de que a pesar del lento descenso de los contagios la mortalidad continuará elevada a corto plazo.