Una rehén liberada por Hamás ha descrito el "infierno" vivido, en unas declaraciones desde el hospital de Tel Aviv donde está internada. "Nos golpeaban con palos", ha relatado Yochved Lifshitz, de 85 años, visiblemente afectada y un poco desorientada. Sin embargo, ha asegurado que los captores la trataron "bien" y ha criticado al gobierno israelí por haberlos "abandonado". Medios de comunicación especializados como Middle East Eye han recogido su comparecencia al lado de su hija Sharone.

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Todo empezó el sábado 7 de octubre con "el infierno" de los ataques al kibutz, en el cual los miembros de Hamás accedieron después de "volar" la valla —que "costó 2.500 millones de dólares (2.350 millones de euros) construir y que no ayudó en nada". "Las masas arrasaron nuestras casas. Golpearon a la gente y secuestraron algunos. No distinguieron entre jóvenes y ancianos, fue muy doloroso", ha lamentado la señora. Así, fue trasladada hacia Gaza con una motocicleta "con las piernas por un lado y la cabeza en el otro", mientras la golpeaban con palos. Le robaron el reloj y las joyas que llevaba para atravesar a pie una zona de campos hasta la red de túneles para entrar en la Franja. Una red de túneles que ha descrito como una "telaraña".

Hamás la trató "bien"

Una vez dentro de los túneles, los miembros de Hamás les dijeron que eran "creyentes del Corán" y que no les harían daño. "Nos dijeron que viviríamos en las mismas condiciones que ellos en los túneles", ha señalado, antes de incidir en el hecho de que fueron vigilados "de cerca". Llegó a una sala grande donde había otros 25 rehenes, pero dos o tres horas después la desplazaron a otra habitación con cuatro secuestrados más. "El tratamiento que recibimos fue bueno", ha remarcado. De hecho, ha precisado que le dieron comida y medicinas.

Hamás difundió un vídeo de la liberación de Lifshitz, donde se ve que la señora da la mano a uno de los miembros del grupo islamista. Eso es porque "los trataron bien". "Parecía que realmente estaban preparados y que habían ocultado eso durante mucho tiempo", ha dicho, antes de añadir que había un médico que los visitaba cada dos días y que trataron a un rehén que estaba herido. Además, se preocuparon por garantizar las condiciones higiénicas: "Limpiaron los lavabos, no lo hicimos nosotros. Tenían miedo a un contagio".

 

Críticas al gobierno israelí

Lifshitz ha explicado que los secuestradores "intentaron" conversar con ellos, pero que los rehenes no respondieron a asuntos sobre política. "Hablaron con nosotros de todo tipo de cosas. Fueron muy amigables", ha dicho, a la vez que ha insistido en el hecho de que "satisficieron todas las necesidades, hay que reconocerlo". "Comimos lo que comieron ellos", ha concluido.

Por otra parte, la anciana ha criticado el papel del ejército israelí ante los planes de Hamás y ha dicho que los ciudadanos fueron "chivos expiatorios". "El ejército, por lo visto, no se lo tomó seriamente y de repente una mañana de sabbat tranquilo hubo un ataque intenso contra las comunidades y una turba entró a través de la valla. Fue muy duro. Mi memoria sigue repitiendo estas imágenes", ha expresado. Así, ha lamentado que el gobierno de Benjamin Netanyahu los ha "abandonado" durante todo el proceso.

"Una victoria de propaganda para Hamás"

La comparecencia de Lifshitz ha sido criticada por parte de analistas y expertos por considerar que ahora la opinión pública se podrá centrar en que Hamás trata con respeto a los rehenes. "Una victoria a nivel de propaganda para Hamás", recoge el diario Israel Hayom, quien añade que "la verdad es que no es necesario ser un experto en relaciones públicas para saber que no puedes tener una rueda de prensa así en directo por televisión". En Channel 12 también apuntaron que la rueda de prensa fue un "desastre" y que "no cabe duda de que las declaraciones podrían haber sido gestionadas mejor".

Las Brigadas en Qasam informaron este lunes por la noche de la liberación de Lifshitz y de otra mujer israelí, Nurit Yitzhak (80 años), tras la mediación de Egipto y Qatar —por motivos "humanitarios". Sin embargo, los maridos de ambas siguen aún en manos de Hamás. El marido del rehén que ha hablado este martes es el conocido activista por la paz Oded Lifshitz, de 83 años y que ha transportado a enfermos de cáncer de Gaza a hospitales israelíes para recibir tratamiento.