Un informe de 363 páginas confirma las sospechas de muchos británicos: la policía Metropolitana de Londres, también conocida como Scotland Yard tiene unas actitudes racistas, sexistas y homófobas constantes, que se reflejan en sus actuaciones en la calle. La funcionaría Louise Casey ha sido la encargada de hacer este estudio exhaustivo sobre las malas praxis del cuerpo policial de la capital británica, que estaba bajo el foco mediático después del secuestro, violación y asesinato de Sarah Everad, en manos de un agente en 2021. El documento es muy claro y tajante, hablando de "racismo institucional, misoginia y homofobia, que derivan en una falta de protección de los ciudadanos y una negación constante, de que esta discriminación existe". "Hemos detectado una cultura de la discriminación que toma muchas formas en la policía de Londres, pero que es más acusada contra aquellos que no cumplen con el estereotipo del hombre blanco, sobre todo contra las personas de color y las mujeres. Detectamos racismo, misoginia y homofobia en primera línea," continúa el texto, que señala también una falta de liderazgo y gestión del cuerpo policial como culpable de estas discriminaciones.

Aparte de eso, hace falta tener en cuenta que el cuerpo policial no es nada representativo de los ciudadanos de la ciudad: un 82% de los agentes son blancos y un 71% son hombres, un porcentaje alejado de la realidad de una de las capitales más multiculturales del mundo. Según la funcionaria encargada del informe, este hecho ha tenido un papel muy importante a la hora de disparar el racismo y la misoginia de los policías contra la ciudadanía y según Casey, esta situación de desigualdad se alargará durante años: hasta el 2053 no se llegará a un equilibrio de género, siguiendo el ritmo de renovación actual. Además, este racismo no solo se da de los agentes hacia los ciudadanos, como demuestra el hecho de que los londinenses afroamericanos son víctimas de un mayor control policial y tienen más posibilidades de ser detenidos que los blancos; sino también entre compañeros: 4 de cada 10 policías negros han sufrido acoso y un 36% de los que tienen origen asiático también.

La violencia contra las mujeres, a menudo ignorada por la policía de Londres

Con respecto al machismo, el informe cifra en una de cada cuatro a las mujeres policías que han sufrido algún tipo de acoso continuado, pero concluye que la mayoría tiene que hacer frente a situaciones de sexismo en su día a día por parte de sus compañeros de trabajo. Además, los policías no están formados para ofrecer protección ante las violaciones y abusos sexuales, hecho que deja desprotegidas a las víctimas que necesitan su apoyo. Desde el 1 de enero del 2022 y hasta mediados de marzo de este 2033, el cuerpo ha registrado hasta 9.000 denuncias por violación, hecho que según Casey supone un incremento del 244% respeto hace una década. Con todo, eso no quiere decir que 10 años atrás no hubiera violaciones, sino que estas no se reportaban a la policía. Con este aumento tan radical y repentino, los agentes no se han formado adecuadamente para hacer frente a las necesidades de las mujeres que han sido abusadas sexualmente: "No hay capacidad institucional para garantizar el bienestar de las trabajadoras. En eso se le tiene que sumar una falta de comprensión de la conducta sexual delictiva y de su impacto en las víctimas, así como de especialistas en este tipo de investigaciones". En definitiva, según las conclusiones del informe, la violencia contra mujeres y niñas no se ha tomado tan seriamente como otras formas de violencia.

Más allá del racismo, machismo y homofobia que marca la actuación de los agentes, la funcionaría también ha alertado de un segundo hecho, igual de preocupante: muchas personas que pasan a formar parte del cuerpo lo hacen pensando que tendrán una carta blanca para perpetrar abusos de poder, cosa que desde Scotland Yard han decidido ignorar y no se lo han tomado en serio.