Sorpresa y expectación en Nueva York. La ciudad que nunca duerme se ha visto sacudida en las últimas horas por un inesperado hallazgo que ha dado mucho para comentar. Bajo las calles de Nueva York se ha descubierto una extensa estructura de túneles, construidos en secreto y de forma ilegal, que tienen como centro una sinagoga. Este espacio, ubicado en el barrio Crown Heights de Brooklyn, es precisamente la sede del Habad Lubavitx, una organización judía jasídica de carácter ortodoxo.

Todavía se desconocen los motivos exactos que llevaron a la construcción de los túneles, e incluso cuándo empezó esta operación. Algunas fuentes señalan fechan las estructuras de 2020, y se habrían abierto con el fin de facilitar el acceso de judíos neoyorquinos a la sinagoga en tiempo de pandemia. Otros dicen que son obras más recientes y explican que llevan a un antiguo mikve, un baño ritual utilizado para la purificación de judíos, o que pretendían agrandar la sinagoga. Ahora bien, ha generado más ingenuidad y escepticismo el hecho de haber encontrado en esta extensa galería una multitud de objetos abandonados y de basura. Las imágenes que circulan por las redes sociales muestran decenas de cajas de cartón con contenidos desconocidos, sillas, colchones, ropa y elementos de construcción.

Las redes se han incendiado con imágenes y vídeos de los hechos, además de memes sobre el tema. También han aflorado algunas teorías de conspiración para explicar el origen de estos túneles, señalando que entre los hallazgos hay objetos para niños y lo que podrían ser manchas de sangre en un colchón. Estos elementos solo alimentan las voces que han alertado desde hace años de los abusos y las violaciones dentro de las sectas ultraortodoxas.

Enfrentamientos y una decena de detenidos

El NYPD, el Departamento de Policía de Nueva York, ha iniciado una investigación por los hechos. De momento ya hay una decena de detenidos, todos ellos miembros de la comunidad jasídica y la mayoría jóvenes, presumiblemente por las escenas de tensión con los agentes. Además, se vivieron enfrentamientos entre los religiosos y la policía cuando unos operarios intentaban expulsar la comunidad del edificio para poder cerrar y llenar los túneles, que se consideran una amenaza estructural. La pelea empezó cuando camiones con cemento llegaron al lugar, y los jóvenes intentaron ocupar la estructura para impedir la entrada de los agentes, saltándose la barrera policial. La sinagoga permanece cerrada desde entonces