El presidente Vladímir Putin ha restado importancia este jueves a las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos contra Rusia. “No afectarán a la economía rusa”, ha dicho. En declaraciones a la prensa desde el Kremlin, el mandatario ha asegurado que estas medidas no son más que un intento de Washington de “presionar a Rusia”, una estrategia que —ha dejado claro— no tendrá efectos reales. “Ningún país que se respete a sí mismo hace nunca nada bajo presión”, ha añadido. Putin ha calificado las sanciones de “no amistosas” y ha advertido que tendrán consecuencias negativas para las relaciones bilaterales entre Moscú y Washington, ya que las medidas afectan directamente a dos de las principales petroleras del país, Rosneft y Lukoil, empresas clave en el sector energético ruso. Ante esto, el presidente eslavo ha reivindicado la posición estratégica de Rusia en los mercados internacionales de petróleo, subrayando que, a diferencia de Estados Unidos, tanto Rusia como Arabia Saudí exportan más crudo del que consumen internamente.

❓ ¿Por qué Trump impone ahora sanciones a Rusia?

Las palabras de Putin llegan como respuesta directa a las nuevas sanciones anunciadas por la administración Trump, que suponen el primer gran gesto de presión hacia Moscú desde que el líder republicano volvió a la Casa Blanca el enero pasado. El gobierno estadounidense ha decidido golpear el corazón del sector energético ruso sancionando a Rosneft y Lukoil. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha justificado la medida por “la negativa de Putin a poner fin a esta guerra sin sentido” y ha advertido que Washington está dispuesto a “ir más lejos” si el Kremlin mantiene su posición. Las sanciones incluyen el bloqueo total de los activos de las dos compañías en Estados Unidos y prohíben cualquier relación comercial con empresas o ciudadanos estadounidenses. Además, Bessent ha lanzado un aviso a terceros, amenazando con sanciones secundarias a instituciones financieras extranjeras que sigan colaborando con las dos principales petroleras rusas, lo que podría tener repercusiones directas sobre las exportaciones rusas a países como China, India o Turquía.

Putin vive tranquilo

Desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, Rusia ha demostrado su capacidad para esquivar las sanciones internacionales, manteniendo vivo su músculo económico gracias a las exportaciones de energía. A pesar de las restricciones, Europa sigue comprando grandes volúmenes de petróleo y gas ruso, hasta el punto de que, según un estudio del Centre for Research on Energy and Clean Air, una organización independiente, el valor de estas compras supera la ayuda económica que la Unión Europea ha destinado a Ucrania. Paralelamente, Moscú ha conseguido colocar grandes cantidades de crudo en la India y China, dos mercados clave para sostener los ingresos del Kremlin. Sin embargo, las nuevas sanciones de Estados Unidos podrían alterar este equilibrio, con una previsión de caída drástica en las exportaciones hacia estos países asiáticos. El principal problema de las sanciones, señalan los expertos, es que están concebidas para actuar en democracias liberales, donde el poder emana de la ciudadanía. En regímenes autoritarios como el de Putin, que concentra el poder sin oposición real, el impacto político de estas medidas es mucho más limitado.