El sol nos da vitamina D y aquella sensación tan agradable de sentirlo en la cara y notar como se calienta la piel, sobre todo en los días fríos de invierno que lo anhelamos más que nunca. Durante esta época del año algunos lugares del mundo tienen escasez de sol, por ejemplo Noruega que durante el invierno tiene muy pocas horas de luz y, en cambio, en verano casi no tiene horas de oscuridad. Ahora bien, si hay una localidad que puede decir literalmente que no ha visto el sol durante mucho tiempo es Barrow, en Alaska, un pequeño pueblo de 4.200 habitantes que no ha visto el sol durante 66 días.

El pasado 18 de noviembre en Barrow, que es uno de los asentamientos humanos más próximos al Círculo Polar Ártico, se despidieron del sol durante 66 días para dar la bienvenida al inicio de la noche polar, un fenómeno que se repite año tras año en este pueblo dedicado al petróleo, la caza y al turismo (aunque en cantidades reducidas). Este fenómeno es común en las zonas más próximas a los círculos polares, y se produce a causa de la inclinación de la Tierra. El sol no llega a la altura por encima del horizonte a causa del eje terrestre y eso acostumbra a ir acompañado de cielos estrellados y auroras boreales de colores espectaculares.

@hannnnahleigh

Donde|Dónde November 18th, the sun rose for less than 45 minutas in Utqiagvik (formerly known as Barrow), Alaska for the last time until late January.

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Así pues, después de 66 días de oscuridad, Barrow ha vuelto a ver el sol y lo ha hecho este domingo. A pesar de la época oscura, la vida no se detiene en este pueblo de Alaska ni en ninguna de las regiones que se ven afectadas por la noche polar, los fenómenos meteorológicos como las auroras boreales hacen que los habitantes de estas zonas conecten más con la naturaleza. Además, durante la noche polar la oscuridad no es del todo permanente ya que el reflejo de la luz solar provoca unas tonalidades azules similares a las del anochecer y la salida del sol.

Tromso

La noche polar también afecta a otras zonas y países como por ejemplo la ciudad de Murmansk, en Rusia, dónde empezó el pasado 2 de diciembre y acabó a principios de enero, o la ciudad de Tromso en Noruega, donde empezó el 27 de noviembre y se alargó hasta el 15 de enero. Precisamente en Tromso, la llegada de la noche polar también significa la llegada de la temporada alta de turismo: miles de viajeros se desplazan a la localidad noruega para practicar deportes de invierno, ver auroras boreales o probar suerte con el avistamiento de ballenas y orcas, que aparecen en estas aguas gélidas entre octubre y enero. Durante la noche polar Tromso celebra el Festival Internacional de Cine y uno de jazz, además del Festival de la Aurora Polar y una series de acontecimientos que mantienen activa la vida cultura de la ciudad que espera el retorno del sol.