Noche decisiva en los Estados Unidos. Aunque todavía quedan dos meses para las elecciones presidenciales, que se celebrarán el 8 de noviembre, el debate electoral que enfrentará esta madrugada al republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton está rodeado de una fuerte expectación. Este primer debate es muy importante porque marcará la tendencia que cogerá la carrera hacia la Casa Blanca durante el último tramo, en un momento en que las encuestas igualan cada vez más a los candidatos, pero también por la peculiaridad de los dos candidatos.

Clinton lidera la batalla en todas las encuestas, pero el margen con el que lo hace, cada vez es más estrecho. Por eso, Donald Trump saldrá a para todas hoy, y defenderá lo que ya viene diciendo desde hace meses, hace falta una ruptura y Clinton no es ruptura. Además, es posible que el republicano intente poner nervioso a Clinton con preguntas y reproches sobre sus últimas ausencias en la campaña, a causa de la neumonía que partió este septiembre y que le provocó un desmaye durante la conmemoración de los atentados del 11-S.

La demócrata, por su parte, es posible que intente crear dudas sobre el controvertido carácter de su contrincante, y sobre cómo sería su comportamiento una vez fuera presidente, viendo sus salidas de tono durante la campaña. Además, Clinton querrá evidenciar las incoherencias de las políticas propuestas por Trump y su falta de concreción.

Mientras Clinton buscará provocar a Trump, menos experimentado en cuestiones de política, para revelar sus debilidades y evidenciar su superior veterania y preparación; el republicano buscará exponer la necesidad de cambio y ruptura con el "estatus quo" representado por la demócrata.

El debate será a las 9 de la noche hora local (las 3 de la madrugada en nuestra casa), se hará a Long Island, a una hora de Nueva York, y durará 90 minutos sin pausas publicitarias. Los expertos consideran clave el primer debate de los tres previstos, ya que marcará la narrativa de las últimas semanas de campaña de cara a las elecciones del 8 de noviembre. Una frase recurrente en los análisis es que las elecciones no se ganan en los debates televisivos, pero si que se pueden perder.

Además, el debate ha generado fuerte expectación porque nadie sabe cuál será la actitud de Donald Trump. El candidato ha roto algunas costumbres durante la campaña y muchos especulan sobre si esta noche también lo hará y, sobre todo, cómo lo hará.