El ataque terrorista a Moscú ha conmocionado al país y al mundo. En un Estado tan belicista como es Rusia, la autoría de la masacre podía ser diversa y las especulaciones han empezado al poco de darse a conocer los hechos. Finalmente, bien entrada la noche del viernes, lo Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado y la posibilidad que tuviera que ver con la invasión de Ucrania se descartó. Sin embargo, ¿qué lleva al grupo terrorista islámico a atacar Rusia? La respuesta se encuentra en la política internacional rusa y, concretamente, en su incursión en conflictos armados del Oriente Medio y el África. La sombra de la influencia rusa en el mundo es mucho larga y ha chocado frontalmente en varias ocasiones con el EI.

"Los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a centenares de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura", comunicó el grupo a través del canal de Telegram. Se trata del ataque mayor perpetrado a la capital rusa en más de una década.

El rastro de Rusia en el mundo: Afganistán, Siria y el Sahel

La presencia militar y política rusa en zonas del Oriente Medio y el Sahel, en el África, es el motivo por el cual el país hace tiempo que está en el punto de mira del EI. El grupo terrorista llegó a tener una rama armada dentro de Rusia, conocida como Wilayat al Quqaz (Provincia del Cáucaso). Fundada el año 2015, habría cesado su actividad después del asesinato de su fundador en 2016. Así pues, este nuevo ataque puede caer lejos de este precedente de la presencia del EI en el país. Sí que hay ciertos precedentes a este ataque, uno de los primeros se dio hace poco en Kabul, Afganistán.

El ataque de este viernes en Moscú está precedido de otra acción contra intereses rusos. El 5 de septiembre de 2023, el EI reivindicó un atentado contra la embajada rusa en Kabul, donde murieron el segundo secretario y un guardia de seguridad. Y es que Rusia, junto con unas pocas naciones como Pakistán e Irán, mantuvo su embajada en Kabul después del retorno al poder el 15 de agosto de 2021 de los talibanes, que, a pesar de su integrismo, son rivales del EI.

Hay otro país del Oriente Medio donde los intereses de Rusia y el EI han chocado: Siria. En septiembre de 2015, a petición del presidente Bashar al-Assad, Rusia empezó a dar apoyo al gobierno sirio contra los rebeldes opositores y los grupos yihadistas, incluido el EI. La intervención rusa fue clave para aplacar la rebelión y derrotar al EI, que había anexado territorios en Siria a su califato en Iraq. Yihadistas de repúblicas rusas del Cáucaso se unieron al EI en Siria para luchar contra las fuerzas de su propio país y algunos volvieron a Rusia después del conflicto, representando una amenaza para Moscú.

No todos los puntos calientes entre el EI y el Kremlin se centran en el Oriente Medio, sino que se extiende hasta el África. Rusia ha entrado de lleno en la inestable zona del Sahel, consiguiendo golpes de Estado prorrusos en el Níger, Mali y Burkina Faso. Además, el grupo de mercenarios Wagner ha participado activamente en la lucha antiterrorista de estos países, donde hay una gran presencia del Estado Islámica y otros grupos del entorno de Al Qaeda. Algunas regiones de Mali, por ejemplo, se han convertido en un campo de batalla entre el EI y las fuerzas gubernamentales, con el apoyo de Wagner, que a veces causan masacres en las filas de los civiles. A todo ello hay que sumarle que el Estado ruso ha sido especialmente duro con sus ciudadanos musulmanes a lo largo de los años.

Advertencias exteriores

Los EE.UU. ya habían advertido de un ataque terrorista "inminente" en Moscú, como el tiroteo de este viernes. Fue una semana antes de las elecciones presidenciales rusas (del 15 al 17 de marzo), cuando la embajada de los Estados Unidos advirtió que grupos extremistas tenían "planes inminentes" de atacar grandes aglomeraciones de personas en territorio ruso durante los próximos días. El aviso fue tomado seriamente por la representación del Reino Unido, que aseguró que seguía de cerca las informaciones. Más tarde, otras embajadas, como las de Alemania, los Países Bajos y Letonia, pidieron a sus ciudadanos extremar las medidas de seguridad ante el riesgo de ataques a Rusia.