La petrolera rusa que se quedó sin presidente al caer de una ventana de hospital se había posicionado en contra de la guerra en Ucrania a principios de marzo. Este miércoles, la noticia de la muerte de Ravil Maganov, dirigente de Lukoil, en extrañas circunstancias, despertó sospechas por el alud de suicidios y asesinatos entre los oligarcas rusos a raíz de la invasión rusa, y después de la muerte del exgerente de esta misma empresa, Alexandr Subbotin, el mes de mayo. Tal como informa Efe este jueves, parece que la compañía se mostró crítica con la guerra-- un hecho que ahora está muy perseguido por las autoridades rusas-- en un comunicado. "La junta directiva de Lukoil expresa su más profunda preocupación por los trágicos sucesos en Ucrania. Al abogar por el fin del conflicto armado más rápido, expresamos nuestra sincera solidaridad con todas las víctimas afectadas por esta tragedia", expresó la entidad el 3 de marzo. Lukoil, la segunda petrolera más grande de Rusia, fue una de las pocas que han pedido el fin de la guerra.

Lukoil se oponía a la guerra

La petrolera que el difunto Maganov presidía se oponía a la guerra con Ucrania. Aparte de condenar la "tragedia", y sin llegar nunca a utilizar la palabra 'guerra', la nota emitida a principios de la invasión insistió con firmeza en "un alto el fuego duradero y la resolución de los conflictos a través de negociaciones serias y la diplomacia". La directiva de Lukoil subrayó semillas que hacía todo lo que estaba en sus manos para continuar las operaciones en los países y regiones donde está presente, en el mismo tiempo que reiteró su compromiso "con su misión de fiable suministrador de energía a consumidores de todo el mundo". "En sus actividades, Lukoil aspira a contribuir a la paz, las relaciones internacionales y los lazos humanitarios", aseveraron.

Muerte en extrañas circunstancias

Maganov murió este miércoles después de caer por la ventana del sexto piso del Hospital Clínico Central de Moscú donde estaba ingresado, informaron a las agencias rusas de noticias. La agencia TASS indicó, citando fuentes de las fuerzas de la orden, que el suceso ocurrió a las 7 h (hora de Moscú) y que se trata de "una muerte por suicidio". Pero las circunstancias de su muerte levantaron sospechas inmediatamente, después de que el exgerente de la misma entidad muriera por intoxicación con veneno de rana. Maganov, de 67 años, estaba ingresado en el hospital por un ataque cardiaco y tomaba antidepresivos, según la misma fuente.