Los hombres que peguen a la mujer una vez el año no irán a la prisión. Esta es la propuesta de que ha aprobado en primera vuelta el Parlamento ruso este miércoles, un texto que tiene como objetivo que la violencia machista no se juzgue por la vía penal, sino para la civil.

Ahora, en vez de ir dos años a la cárcel, los maridos que peguen a su mujer una vez al año pagarán una multa de 500 euros, estarán arrestados entre 15 y 20 días o bien tendrán que hacer 120 horas de trabajo social.

La propuesta viene de la diputada Yelena Mizulina, paradójicamente del partido de centroizquierda Rússia Justa, que ya impulsó en el 2012 una polémica normativa para penalizar la propaganda homosexual. Mizulina, que también es presidenta del comité sobre Familia, Mujer y Asuntos Infantiles, ha cambiado varias veces de formación política después de haber ocupado un alto cargo en el Partido Comunista de la Unión Soviética o al partido Unión de Fuerzas de Derecha.

La diputada ya puso en marcha la polémica en julio, con el apoyo de la iglesia ortodoxa rusa, cuando el gobierno ruso consideró la violencia doméstica como "delito de odio". Entonces ya soltó en la cámara rusa que no quería que haya "personas encarceladas durante dos años y etiquetadas como criminales sólo por dar una torta" porque eso, según su opinión, "va en contra de la familia".

La votación ha sido aprobada por 368 votos a favor, uno en contra y una abstención. Ahora falta la segunda votación. Si se acaba aprobando, el derecho a pegar dentro de la familia en un país en que el 40% de la violencia doméstica se produce dentro de la familia, sólo quedará penalizado por el código civil.