Después de casi tres meses atacando barcos, los rebeldes hutís del Yemen, con el apoyo de Irán, quieren ampliar las acciones a otras infraestructuras relevantes para Occidente. Empresas de telecomunicaciones vinculadas al gobierno oficial del Yemen, reconocido por la ONU y al que se oponen los hutís, tienen miedo de que los rebeldes estén contemplando sabotear una red de cables submarinos en Mar Rojo, fundamental para el funcionamiento de Internet en occidente y la transmisión de datos financieras.

Cortar los cables submarinos

La advertencia se produce después de que un canal de Telegram vinculado a los hutís publicara un mapa de los cables que hay en el Mar Roig. La imagen iba acompañada de un mensaje: "Hay mapas de cables internacionales que conectan todas las regiones del mundo a través del mar. Parece que el Yemen se encuentra en un lugar estratégico, ya que cerca pasan líneas de Internet que conectan continentes enteros, no solo países", recoge el diario británico The Guardian y elEconomista.es.

El Yemen Telecom, destaca el mismo portal, asegura que ha hecho esfuerzos diplomáticos y legales durante los últimos años por persuadir las alianzas internacionales mundiales de telecomunicaciones que no tuvieran ningún trato con los hutís, ya que proporcionaría a un grupo terrorista conocimientos sobre el funcionamiento de los cables submarinos. Se calcula que el Mar Rojo transporta en torno al 17% del tráfico mundial de Internet a través de conductas de fibra.

La tecnología viaja bajo el mar

A pesar de estar acostumbrados a vivir sin hilos, los cables siguen existiendo, y la conectividad que depende de los cables de bajo el mar. Un cable submarino es un cable de fibra óptica que viaja por debajo del océano y que conecta unos o más puntos de aterrizaje. Los cables generalmente se componen de fibra óptica que transporta la información y después se cubren de silicona y se enfundan en varias capas de plástico, acero, cobre y nilón para proporcionar un aislamiento adecuado.

Los cables se van depositando bajo el agua mediante unos barcos que ya están modificados para esta finalidad. Transportan lentamente los cables hasta que descansan en el fondo del agua. Estos barcos pueden transportar miles de kilómetros de fibra óptica mar adentro. El trabajo para demostrar el potencial de los cables submarinos empezó a la década de 1840, cuando Samuel Morse, el inventor del código Morse, sumergió un cable aislado con cáñamo alquitranado y caucho indio en el agua del puerto de Nueva York y telegrafió a través de él en 1842. El primer cable comercial, sin embargo, tardó un poco más en llegar. Así pues, el primero empezó en 1850, cuando el English Channel Submarine Telegraph Company extendió un cable telegráfico entre Inglaterra y Francia. A los pescadores lo cortaron semanas después pensando que eran algas. Una empresa sucesora, Submarine Telegraph Company, habilitar un segundo cable en el año siguiente y siguieron más cables que unían las Islas Británicas con Europa continental.

Según el portal Telegeography, hay unos 530 cables submarinos activos y planificados. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el número total de cables activos cambia constantemente a medida que entran en servicio nuevos cables y se retiran los más antiguos. En kilómetros, el dato todavía impresiona más. Hay 1,3 millones de kilómetros en todo el mundo.