Los países bálticos también serán protagonistas de la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Madrid el 29 y 30 junio. Se espera que se hable de Ucrania, pero también como se tendrá que tratar en la China en los próximos 10 años. Además, también estará sobre la mesa el bloqueo –o desbloqueo– de Turquía con respecto a la entrada de Suecia y Finlandia en la Alianza. Los bálticos sienten cada vez más cerca la guerra. La mayoría destaca que Rusia optaba por una guerra corta. Pero los planes no habrían salido al Kremlin como se imaginaban. Ucrania busca ahora más armas, convencida de poder plantar cara y hacer frente a la invasión.

En este contexto, la cumbre de la OTAN en la capital española se ha convertido en una reunión muy esperada. Pueden pasar muchas cosas o no pasar muchos. Pero lo que seguro que acaba pasando es un choque de posiciones diferentes. El báltico podría tener una entrada triunfal al encuentro. Desde hace tiempo piden más presencia de la OTAN en sus fronteras, porque su capacidad defensiva para hacer frente a Rusia es limitada y sienten cada vez más fuerte la presencia rusa. Sobre todo, desde la anexión de Crimea el año 2014. En parte, creen que podrían ser los siguientes.

Hace solo unos años, la OTAN no creía que tuviera que utilizar demasiados esfuerzos defensivos. A pesar de todo, la anexión de Crimea y la guerra del Donbás cambiaron un poco las percepciones. Las críticas llovieron bastante entonces porque ya se consideró que nadie había hecho bastante ante los ataques de Rusia. La reacción primera fue la realización de maniobras. Pero lo que de verdad puso de manifiesto la preocupación atlántica y el compromiso de defensa fue la creación de fuerzas multinacionales denominadas eFP ('enhanced forward presence' o más presencia avanzada). Estas fuerzas se establecieron, tal como recuerda El Confidencial, el año 2017 y consistieron en la creación de cuatro contingentes multinacionales con fuerzas más o menos equivalentes. Se instalaron en Letonia, Lituania, Estonia y Polonia. Después de la invasión rusa, se acordó establecer cuatro grupos similares a Bulgaria, Hungría, Rumania y Eslovaquia.

Los bálticos quieren presencia permanente de la OTAN

Estonia, Letonia y Lituania, que formaron parte un día de la Unión Soviética, son ahora parte de la OTAN y aspiran a una presencia militar permanente de la alianza ante posibles amenazas, de Rusia. De esta manera, los tres están concentrando esfuerzos para que la OTAN mantenga una presencia más permanente en sus territorios después de la invasión de Rusia en Ucrania. De hecho, el pasado mes de abril ya lo pidieron, según destaca Efe.

Las tres naciones, con una población combinada de solo seis millones de habitantes, se unieron a la alianza en el 2004 y durante mucho tiempo han sido percibidas como unas de las más vulnerables del bloque. Lituania, Letonia y Estonia geográficamente están conectadas en el resto de los países de la OTAN por un corredor estrecho que se extiende entre el enclave ruso fuertemente armado de Kaliningrad y Bielorrusia, un aliado de Moscú.

 

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