Elon Musk, quien se ha convertido en la nueva mano derecha del presidente Donald Trump, se estaría distanciando de la Administración republicana. De hacerse fotos con el presidente republicano en el Despacho Oval hablando de las políticas del nuevo gobierno, a anunciar que en poco dedicará menos tiempo al departamento que se le creó a medida. Antes de retornar a la Casa Blanca, Donald Trump anunció que Musk estaría al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, que en sus siglas en inglés se denomina DOGE, es decir, igual que una criptomoneda promovida por el magnate. Sin embargo, solo unos meses más tarde el multimillonario sudafricano ha afirmado que a partir de mayo dedicará “uno o dos días a la semana” para prestar más atención a Tesla.

Musk ha anunciado su decisión durante una teleconferencia con analistas del sector del automóvil y después de que Tesla dijera que sus beneficios netos cayeron un 71% el primer trimestre del año para quedar reducidos a 409 millones de dólares. El empresario ha añadido que todavía que la tarea que DOGE está haciendo “es muy importante” y que ha hecho “un gran progreso a responder al despilfarro y fraude” al Ejecutivo federal norteamericano, la mayor parte del trabajo para establecer el departamento está acabado. “A partir del mes que viene, el tiempo que le dedico caerá de manera significativa”, ha remarcado.

Los días contados

“Creo que continuaré un día o dos a la semana mientras que el presidente (Donald Trump) quiera que lo haga y mientras yo sea útil. Pero a partir del mes que viene dedicaré mucho más tiempo en Tesla”, ha afirmado Musk. De esta manera se alinea con declaraciones previas del presidente estadounidense, quien hace semanas que apunta que el magnate tiene los días contados en su Administración. “Elon es genial, pero también tiene que dirigir un gran número de empresas”, aseguró Trump a principios de este mes de abril.

Musk también ha relacionado las críticas y boicots contra Tesla a personas que se beneficiaban del “despilfarro” de dinero público y ha asegurado que “están muy organizados y se les paga” para participar en las protestas. “Obviamente, no admitirán que la razón por la cual están protestando es que están recibiendo dinero”, ha sentenciado. Musk no ha proporcionado ninguna prueba de que los manifestantes estén pagados, ni tampoco indicó quién estaría financiando las protestas que se han producido a los Estados Unidos, Canadá, Alemania y los países escandinavos, entre otros lugares. Además de las críticas por sus posturas de extrema derecha, Tesla se enfrenta a la competencia de los productores de coches eléctricos chinos.