La revuelta de Wagner contra el Kremlin ha cogido por sorpresa a todo el mundo, dentro y fuera de Rusia. Durante las primeras horas de los hechos y hasta la comparecencia del presidente Vladímir Putin en la televisión rusa, lo silencia internacional era sepulcral. Ni aliados ni enemigos de Moscú se atrevían a decir nada ante la incertidumbre de las horas que estaban por venir. Después del discurso del líder ruso y, especialmente, después del anuncio

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Los más entusiastas en su posicionamiento han sido los aliados de Putin. A escala nacional, poco después de su comparecencia varios diputados posicionaron de su parte. El apoyo internacional ha tardado más en llegar. Después de la tregua con Wagner, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha enviado un "abrazo de solidaridad y apoyo" a su homólogo ruso. En la misma línea se ha pronunciado el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien ha afirmado que "están siempre pendientes".

Por otra parte, los países enfrentados con Moscú han estado mucho más silenciosos. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha hablado en una llamada telefónica con los mandatarios de Francia, Alemania y el Reino Unido para discutir "la situación en Rusia". Todo lo que ha trascendido de estas llamadas es que todos los implicados han reforzado "su apoyo indestructible a Ucrania". Desde entidades como el G7 o la misma hacían comunidades muy formales y distantes, afirmando que monitoreaban la situación y poco más.

Ucrania pone el dedo en la llaga

Nadie ha sido más ruidos y rápido al cargar contra Rusia como Ucrania, como era de esperar. La presidencia ucraniana considera que el jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, Ievgueni Prigojin, ha humillado el Kremlin y ha evidenciado el desgaste del poder del presidente Vladímir Putin, a pesar de su renuncia a avanzar sobre Moscú después de negociar retirada con Bielorrusia.

Kyiv ha explotado la incertidumbre para bajar la moral de su enemigo con declaraciones de los líderes ucranianos que ponían el dedo en la llaga. Por ejemplo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha cargado con bastante contra el liderazgo de Putin y ha señalado su debilidad: "Rusia utilizó la propaganda para enmascarar su debilidad y la estupidez de su gobierno. Y ahora hay tanto caos que ninguna mentira lo puede esconder. Y todo eso es un solo hombre (...) aunque no sea capaz de llevar nada más. La debilidad de Rusia es evidente. Una debilidad a gran escala".