La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, ha desautorizado el discurso sobre inmigración de quien será el nuevo presidente del país, Donald Trump.

En su último discurso en el cargo, Obama ha subrayado que la "gloriosa diversidad" del país "no es una amenaza" dado que, según ha dicho, "es lo que somos".

Michelle Obama no ha mencionado en ningún momento al presidente electo de los EE.UU., Donald Trump, pero su discurso ha parecido un alegato a favor del "poder de la esperanza" y contrario a la retórica divisiva y agresiva usada por el magnate durante la campaña.

Así, ha tenido palabras para los inmigrantes, a quienes ha dicho que "son parte de una orgullosa tradición norteamericana" de acoger al extranjero "que nos ha convertido en la mejor nación de la Tierra".

Un mensaje que ha enfatizado cuando se ha dirigido concretamente a los jóvenes: "No dejen que nadie les diga que no importan o que no tienen un lugar en nuestra historia norteamericana", les ha pedido.

Emocionada despedida

La primera dama no ha podido evitar emocionarse a lo largo de su última intervención. Haber sido la primera dama de EE.UU. en los últimos ocho años "ha sido el mayor honor de mi vida", ha declarado Obama entre lágrimas al culminar su discurso, ofrecido en un acto educativo en la Casa Blanca.

Michelle Obama fue una de las voces más críticas con Trump durante la campaña electoral ,pero, después de la victoria del magnate a los comicios de noviembre, se ha dedicado, al lado de su marido, el presidente Barack Obama, a trabajar para que la transición de poder en la Casa Blanca se haga sin complicaciones.