Aunque el número de muertes desde el alzamiento militar del Ejército birmano el pasado 1 de febrero ya llega a los treinta, la violencia policial no desanima las protestas por todo el país. Justo un mes después del golpe de estado, Birmania sigue en medio de protestas multitudinarias, huelgas generales y muestras de resistencia civil, las cuales han aumentado en severidad en los últimos días, desde que las fuerzas de seguridad han empezado a cargar contra la población con munición real.

Según la última actualización de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) de las protestas ayer domingo, se registraron víctimas mortales en Yangon, Mandalay, Dawei, Bago, Magwe, Pakokku y Kyaukse, además de 200 personas que resultaron heridas. De momento, el total de muertes en manos de las fuerzas de seguridad en el último mes ya llega a los treinta.

Este lunes las manifestaciones no parecen desistir. La policía ha cargado contra la población con botes de gas lacrimógeno en la antigua capital de Yangon. Según los medios locales, unidades de militares han sido movilizados en tareas de apoyo a la policía.

Los manifestantes se protegen de la violencia policial / Efe

El AAPP informa de que desde el 1 de febrero 1.132 personas han sido detenidas, incluidos políticos como la líder de facto Aung San Suu Kyi, activistas, periodistas y manifestantes, de los cuales 833 todavía continúan bajo arresto.

Aumentan las tensiones

Hasta hace unos días, las fuerzas de seguridad birmanas se limitaban a reprimir las protestas con cañones de agua, proyectiles de goma y otros métodos no letales. A raíz de la continuidad de las protestas y huelgas generales en contra del alzamiento militar, la policía ha empezado a utilizar munición real contra la población, a pesar de negarlo públicamente.

La policía birmana ha empezado a disparar munición real contra los manifestantes / Efe

A partir del alzamiento, la junta militar ha querido silenciar los contrarios al golpe de estado, limitando la conexión a internet e implementando toques de queda. A partir de las primeras víctimas mortales, la semana pasada Facebook prohibió todo el contenido de la junta militar en sus plataformas, utilizadas para distribuir propaganda del régimen y amenazar los contrarios.

El relator especial de la ONU en Birmania, Tom Andrews, condenó la violencia y reclamó una acción más severa contra el Ejército, entre ellas sanciones específicas y coordinadas contra los responsables del golpe de estado y contra los negocios de los militares, además de un embargo global de armas contra el país.

Los manifestantes piden sanciones a los negocios de la junta militar / Efe

El 1 de febrero, el Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, cuando la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Suu Kyi, arrasó en los resultados, donde observadores internacionales no detectaron ninguna irregularidad.

 

Foto principal: la policía carga contra los manifestantes contrarios al alzamiento militar / Efe