"La soberanía de Gibraltar no es negociable". Esta es la máxima que la primera ministra británica, Theresa May, ha querido dejar clara en la primera reunión con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, después de la activación del Brexit. Después de una semana convulsa, ante el posible veto de España sobre la nueva situación del peñón después de la salida de la Unión Europea, May ha querido dejar claro que la posición de Downing Street no ha cambiado y que este punto no es negociable.

"El Reino Unido buscará el mejor acuerdo posible para Gibraltar ante la salida del Reino Unido de la UE y no habrá negociación sobre la soberanía de Gibraltar sin el consentimiento de su pueblo", ha asegurado el portavoz de la jefa del ejecutivo británico en declaraciones en la prensa. Sin embargo, tanto May como Tusk han manifestado su voluntad "de estar en contacto" y mantener "un tono constructivo" durante las negociaciones que tienen que formalizar la salida del Reino Unido de la UE.

El malestar por el peñón de Gibraltar empezó la semana pasada, cuando el documento de trabajo del Consejo Europeo por las negociaciones del Brexit manifestaba que ningún acuerdo futuro entre Londres y Bruselas, una vez el Reino Unido hubiera dejado la UE, podría aplicarse al peñón si no cuenta con el acuerdo previo de Madrid y la capital británica.

A pesar de este punto, May ha expresado que "el Reino Unido está deseando empezar las negociaciones formales una vez los 27 Estados miembros acuerden las directrices" de la negociación, a finales de este mes. Además, a la reunión May ha reiterado ante el presidente del Consejo Europeo su deseo de establecer una relación "profunda y especial" con la Unión Europea una vez el Brexit sea ya una realidad.