Este lunes, la maestra y miembro de la asociación Una ventana en el mundo, Núria Bota, ha sido expulsada por las autoridades marroquíes del territorio del Sáhara Occidental, donde había entrado por la frontera mauritana, y trasladada en un coche con vigilancia policial hasta la ciudad marroquí de Agadir. Bota había llegado al Sáhara Occidental el pasado lunes 13, donde estaba de viaje con un amigo.

"Me surgió la oportunidad de hacer un viaje por Mauritania y después atravesar la frontera en el Sáhara Occidental. Hace once años que trabajo con el pueblo saharaui y me hacía mucha ilusión porque nunca había pisado la tierra del Sáhara Occidental. Pero no iba con un objetivo profesional ni periodístico", ha explicado a Efe desde las Islas Canarias. "Cuando estábamos en Dajla vimos el primer día que estábamos siendo vigilados por cinco hombres, que después fueron siete u ocho. Nos seguían los pasos las 24 horas, dormían fuera de nuestro hotel", expone Bota.

Desde Dajla se dirigió a Aaiun, capital saharaui, pero un control policial la paró y la hizo bajar del coche. "Nos metieron en un cuartelito diez policías de secreta, que no hablaban castellano, inglés o francés, de manera que no nos dieron muchas explicaciones, solo que nos expulsaban y nos llevaban a Agadir", expone Bota. Desde allí ha volado a las Canarias. La entidad, de que forma parte Bota, ha denunciado los hechos y "la impunidad con la cual Marruecos actúa constantemente contra activistas y defensoras de derechos humanos".

El PSOE, solo en su posición sobre el Sáhara Occidental

La semana pasada, el PSOE se volvió a quedar solo delante de duna votación sobre el Sáhara Occidental. En esta ocasión fue por una proposición de ley de Unidas Podemos que fue apoyada por el PP y por aliados del Gobierno y que superó el primer examen a pesar del voto en contra de los socialistas. En concreto, se trata de una proposición de ley para conceder la nacionalidad española, bajo la modalidad de carta de naturaleza, a los saharauis nacidos hasta que este territorio estuvo bajo soberanía española en 1976.

Los socialistas se desmarcaron alegando cuestiones de carácter jurídico y técnico: "Compartimos la meta, que es acabar con el agravio" del que son objeto los saharauis con respecto a "otras comunidades históricas", "pero no compartimos el diseño", el portavoz socialista, Sergio Gutiérrez.