El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha presumido hoy de haber conseguido avances hacia la estabilidad y la desescalada de la crisis del conflicto por Ucrania. Macron, después de reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el ucraniano, Vlodomír Zelenski, ha augurado una buena tendencia hacia la resolución del conflicto que tendrá que ser confirmado los próximos días por los Estados Unidos y la OTAN. Según el líder francés, las conversaciones que ha tenido con Zelenski han permitido andar hacia la seguridad de la región ucraniana.

Macron llegó a Kyiv directamente desde el Kremlin, donde afirma haber arrancado a Putin la promesa que Moscú no tomará nuevas medidas militares en la frontera con el país vecino. Mientras tanto Putin no ha pronunciado ninguna palabra sobre la desescalada, en cambio, su portavoz, Dmitri Peskov, ha admitido hoy que la desescalada "es muy necesaria, ya que la tensión aumenta cada día que pasa". También ha culpado a la OTAN de las nuevas espirales de tensión: "Los países occidentales envían tropas en Ucrania, envían aviones cargados de armas, envían equipos de militares".

Peskova también ha negado que haya ningún acuerdo sobre Ucrania con Macron, desmintiendo algunos medios de comunicación, ya que lo considera "imposible" porque Francia ostenta la presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea y, por lo tanto, no lidera a la OTAN.

El presidente ucraniano ha pasado la patata caliente a Putin que lo ha responsabilizado de tener "todos los medios para dar pasos concretos hacia la desescalada". Además, ha puesto en duda las afirmaciones que Putin hizo a Macron sobre que él es "el iniciador de la escalada" en la frontera con Ucrania y que él sólo reacciona. "No conozco a nadie en Europa capaz de presionar en Rusia, un país muy poderoso," ha afirmado.

La tensión continúa en Ucrania

La acumulación de tropas rusas en la frontera con Ucrania ha provocado uno de los mayores episodios de tensión que se recuerdan en años entre el Kremlin y la OTAN. Este fin de semana las fuerzas del ejército ucraniano han estado protagonizando un histórico ejercicio en la zona contaminada de la antigua planta nuclear de Chernobil para prepararse ante una posible invasión de Rusia. Ucrania ha hecho un llamamiento a rebajar las tensiones, pero de todos modos ha puesto a sus fuerzas en estado de alerta ante un posible ataque ruso, mientras que el gobierno ruso ha negado categóricamente que tenga ninguna intención de invadir Ucrania. Tal como informan las bastantes reservistas de la Guardia Nacional de Ucrania a través de su página de Facebook, fuerzas ucranianas y equipos de rescate participan ya en simulacros realizados en la ciudad fantasma de Prípiat, que se encuentra en la zona de exclusión de la central después de la catástrofe de 1986, al encontrarse "en línea de colisión con el oponente", en referencia a Rusia.

Según lo que ha informado a la Guardia Nacional, estos ejercicios tienen como objetivo "garantizar la seguridad de los ciudadanos, evitando el sabotaje y la transición de la ciudad a control enemigo". Para las fuerzas ucranianas, las calles desiertas y edificios de apartamentos de Pripiat, que fue abandonada después del accidente nuclear de 1986, a causa de los altos niveles de radiación, son un campo de entrenamiento ideal. Según han informado desde el ejército, antes de empezar el entrenamiento, el primero de este tipo a Pripiat, trabajadores con medidores de radioactividad evaluaron la ruta para verificar que no hubiera focos radiactivos. "Todo fue revisado y no representa un peligro".

Los soldados vestidos de camuflaje han practicado desalojar atacantes armados de edificios, disparos de mortero y enfrentamientos de francotiradores en condiciones urbanas. Las fuerzas ucranianas también han hecho ejercicios de rescate de heridos y desactivación de minas. El ministro del Interior ucraniano, Denis Monastirskiy, confirmó a última hora de este viernes que se trata de la primera vez que se realiza un ejercicio de tal escala en esta la zona restringida. Además, ha añadido que "estamos absolutamente seguros de que la planta nuclear de Chernobyl no está bajo amenaza". Todo eso para proteger una posible ruta de invasión de Rusia que supondría la incursión de las tropas rusas desde el norte, posiblemente a través de Bielorrusia, aliado del Kremlin y que desembocaría en su entrada en la zona contaminada de Chernobil a sólo 70 kilómetros de la capital de Ucrania, Kyiv.