A la conexión real y eficaz entre Barcelona y Paris vía tren de alta velocidad -TGV o AVE según sus marcas de explotación francesa y española- le ha salido un aliado insospechado: la candidata a la presidencia de la República de Francia por el partido de ultraderecha Frente Nacional, Marine Le Pen.

Efectivamente, la candidata, que quedó en segundo lugar en la primera vuelta de las elecciones del pasado domingo, por detrás del candidato liberal Emmanuel Macron, ha incluido en sus promesas electorales el compromiso de enlazar Nimes y Perpinyà con una línea de alta velocidad, un tramo que hasta ahora, aunque permite el tráfico de trenes TGV y AVE, se hace sobre una vía convencional, cosa que supone una importante reducción de la velocidad y por lo tanto un despilfarro de la capacidad técnica de los trenes de alta velocidad.

Además, la candidata a la presidencia ha justificado, en declaraciones al canal de televisión France 3 -que cubre informaciones de ámbito regional-, que el hecho de que este tramo no esté acabado es un motivo de "vergüenza", porque "los españoles han acabado su parte y nosotros no", lo cual es, a su entender, "una muestra de debilidad".

Un tramo sin fecha

En la actualidad, el trayecto París-Barcelona en TGV o AVE utiliza vía específica para estos trenes entre París y Nimes, en el tramo internacional entre Perpinyà y Figueres y a partir de allí dentro de la red del AVE español. Es la conexión entre Nimes y Perpinyà la que todavía queda pendiente y, de hecho, no tiene todavía fecha de construcción.

Marine Le Pen ganó en la Catalunya Nord, en la primera vuelta de las elecciones, con un 30% de los votos, por delante del candidato de izquierdas Jean Luc Melenchon, que consiguió un 21% de las papeletas. Macron quedó en tercer lugar, con un apoyo del 18%.