La candidata de la ultraderecha a la Presidencia francesa, Marine Le Pen, afirma en una entrevista que "Podemos existe porque no hay un Frente Nacional en España". Aunque declara no simpatizar con la formación morada, admite que "está inmersa en la única batalla que merece la pena: la batalla contra las políticas impuestas por la Unión Europea".

En una entrevista publicada este miércoles por Vanity Fair España, y que ha recogido Europa Press, Le Pen explica que "es más difícil que surjan partidos patriotas en países que tienen un pasado de totalitarismo, como España o Grecia. En ellos, la demonización del patriotismo es más intensa y eficaz y la extrema izquierda ocupa su lugar para representar la ira del pueblo".

Según el periodista que firma la entrevista, Claude Askolovitch, Le Pen demuestra desconocer la política española cuando se refiere a España como "un país que ha sabido conservar su identidad mucho más tiempo que nosotros, hasta que sufrió la inmigración y el islamismo".

En alusión a los nacionalismos como el catalán y el vasco, Le Pen dice que "los regionalismos prosperan porque los Estados no hacen bien su trabajo". "En Francia, las reivindicaciones de los corsos existen porque el Estado francés ha dimitido de sus funciones", sostiene.

El fin del euro

Del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que calificó de "catástrofe" una victoria de Le Pen en las elecciones al Elíseo, señala que se trata de "una excelente noticia" que un hombre como él luche contra ella. "Todos los políticos que defienden la ideología europeísta deben tener miedo de que gane. Representan el pasado, un mundo que está desmoronándose", vaticina.

Si gana las presidenciales, cuya primera vuelta se celebrará en abril, y la segunda --las encuestas pronostican que será necesaria una segunda vuelta-- en mayo, Le Pen tiene un plan claro: "Voy a restablecer las fronteras en Francia. Será mi mensaje al mundo". También le confirma al periodista que pondrá agentes de aduanas en los controles fronterizos, inspecciones en los trenes, que restituirá los visados y que, luego, se irá a deconstruir Europa.

"Si gano, será el fin del euro y seremos más fuertes, porque nuestra moneda reflejará el estado de nuestra economía. Y si Francia lidera la batalla para devolver la soberanía a los Estados nación, el resto de países se unirá a nosotros. Grecia, los Países Bajos, y también España, ya verá. ¡Hasta Rajoy se unirá si entiende los intereses de su país!", augura.

Prohibir el hiyab

Marine Le Pen también aboga por prohibir los signos religiosos manifiestos en la calle, con atención particular al hiyab o velo islámico. "¡Bastaría con que los musulmanes renunciaran al velo! ¡A diferencia de lo que se dice de mí, yo no estoy en contra de los musulmanes!", se queja.

Askolovitch, que ha cubierto durante años la información del Frente Nacional, no tiene dudas de que la debilidad de Marine Le Pen es la familia, con unos padres que se desentendieron de ella y de sus hermanas en ocasiones e incluso las humillaron en público, como cuando su madre afirmó que dos de sus hijas habían sido "desfloradas" por judíos, en un aparente intento de hacer daño a Jean Marie Le Pen, confeso antisemita y al que terminó abandonando.

Atentado de 1976

El periodista recuerda algunos episodios familiares que han tenido que marcar la personalidad de Marine Le Pen y la de sus dos hermanas, como el atentado que sufrieron en 1976 contra su casa, donde habían hecho detonar una bomba que arrasó el edificio, en el sur de París.

Entonces Marine tenía ocho años, y sus hermanas 12 y 16. Todos sobrevivieron, pero esa misma noche, Jean Marie Le Pen y su mujer, Pierrette, dejaron a sus hijas en casa de unos vecinos y ellos se fueron a cenar con unos amigos.

Cuando Marine Le Pen ya presidía el partido en lugar de su padre, éste aún le puso las cosas difíciles. Le aconsejó que fuera a un logopeda porque no era buena oradora y no dejaba de reafirmarse en sus declaraciones antisemitas y fascistas. Hasta que Marine decidió romper con él y le expulsó del partido que él mismo había fundado en la primavera de 2015. "Debía romper con él, se había vuelto tóxico", confesó al periodista unos meses después.