Moscú está preocupada por la situación en la región de Transnistria, en Moldavia, y está siguiendo de muy cerca los acontecimientos que se están llevando a cabo. Así lo ha informado este lunes el Kremlin. En una rueda de prensa con periodistas, el portavoz de la institución, Dmitri Peskov, ha dicho que "la situación en Transnistria es objeto de nuestra atención más importante y motivo de preocupación". Así, Peskov ha destacado que la situación "ha sido provocada externamente" y ha advertido sobre posibles "provocaciones" de Kyiv y países europeos.

Las tensiones han ido aumentando en Moldavia, ya que la presidenta del país, Maia Sandu, acusó a Rusia de utilizar "saboteadores" para aliviar los disturbios en medio de un periodo de inestabilidad política, haciéndose eco de advertencias similares del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

¿Qué ha pasado en Moldavia?

Rusia ha sido acusada recientemente de querer provocar o estar impulsando un golpe de estado en Moldavia, un país que hace frontera con el suroeste de Ucrania, que podría arrastrar a la nación a la guerra del Kremlin.

Mientras tanto, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha acusado a Kyiv, sin ningún tipo de fundamento, de buscar asaltar el territorio de Transnistria, declarado prorruso. Moscú tiene un punto de apoyo militar. Eso ha provocado temores y miedos

Los intereses de Rusia en Moldavia

Moldavia ha estado enfrentándose a las tensiones crecientes tanto por su gobierno proeuropeo como por sus partidos opositores próximos. En los últimos días, la presidenta Maia Sandu ha acusado a Rusia de conspirar para derrocar su gobierno y descarrilar sus aspiraciones de unirse a la Unión Europea. "Algunos quieren que nuestro país caiga para instalarse en (la capital) un gobierno esclavizado a los intereses del Kremlin", ha destacado Sandu. Moscú ha negado estas declaraciones y ha dicho que eran un intento de las autoridades de Moldavia para distraer la atención de sus "fracasos sociales y económicos".

Varios analistas no descartan que el "conflicto congelado" de Transnistria, pueda ser un desencadenante para que Moldavia renuncie a su neutralidad en el futuro. Así, hoy este conflicto está bajo control relativo. Por ahora no se ha disparado ni un solo tiro desde 1992, cuando el enfrentamiento entre Chisináu y la no reconocida "Moldavia de Transnistria" entró en una fase pacífica. Rusia prometió salir de la región a finales de la década de 1990, pero hasta ahora no ha cumplido su obligación.

El artículo 11 de la Constitución de Moldavia establece que "La República proclama su neutralidad permanente, [...] no permite el despliegue de fuerzas militares de otros Estados en su territorio", según recuerda el portal Euronews. Quien sabe si el escenario cambia con la invasión rusa de Ucrania, y el país decide abandonar su neutralidad.

 

Imagen principal: la presidenta del país, Maia Sandu / Efe