El régimen de Corea del Norte ha anunciado este viernes una renovación de su cúpula militar, incluyendo el relevo de los directores de las oficinas de Artillería y de Seguridad de las fuerzas armadas. En una cumbre presidida por el líder, Kim Jong-un, se han nombrado hasta seis nuevos comandantes de unidad y se han designado varios comisarios políticos. Esta renovación se produce pocos días después del incidente en el puerto Cheongjin, cuando el nuevo y flamante destructor que iba a ser lanzando al mar sufrió unos arañazos en el casco durante la ceremonia de botadura y casi se hunde en el mismo muelle, unos hechos que Kim Jong-un calificó de "acto criminal imperdonable".
La reforma militar se ha llevado a cabo durante una Comisión del Partido de los Trabajadores celebrada el miércoles, de acuerdo a la información facilitada hoy por la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA. La comisión ha llegado "a una importante conclusión sobre el fortalecimiento de las capacidades de defensa nacional y la orientación y las tareas inmediatas para las actividades militares y políticas de las fuerzas armadas", señala la nota de la agencia oficialista. Durante la reunión, la octava de esta categoría, "se han discutido y decidido medidas militares para mantener firmemente la superioridad estratégica y táctica" y se han aprobado nuevos proyectos en los campos de la ciencia y la industria de defensa, apunta la KCNA, sin entrar en detalles.
Tras el incidente del barco, el régimen anunció el domingo la detención de varios oficiales de los astilleros de Cheongjin, a quienes se considera "responsables del accidente". Los detenidos son el ingeniero jefe de los astilleros, Kang Jong-chol; el jefe del taller de construcción de cascos, Han Kyong-hak; y el subdirector de asuntos administrativos, Kim Yong-hak. Así se detalló en un comunicado publicado por la agencia estatal de noticias norcoreana, la KCNA, en el que también se anunció que todos los detalles de las pesquisas se han transmitido a la Comisión Militar Central del Partido de los Trabajadores, el máximo órgano militar del régimen que ahora ha aprobado esta renovación militar.
El nuevo buque se va a pique en la ceremonia de botadura
De los hechos que presuntamente lo han desencadenado todo, según los detalles que se conocen hasta el momento, durante la ceremonia el destructor sufrió arañazos en el casco, a estribor. En la botadura, el agua se filtró a la popa a través del canal de rescate, provocando que se hundiera parcialmente. "No se han identificado daños adicionales en el buque de guerra y el equipo de promoción de la rehabilitación de campo está avanzando con el plan de rehabilitación según lo programado", detalló la agencia norcoreana. Durante días se ha mantenido el buque en equilibrio en el puerto, bombeando el agua de la cámara inundada y aguantándolo con una grúa.
El régimen admite un error
Pyongyang ha minimizado los daños sufridos por el navío en sus comunicados oficiales, asegurando que "no son graves", pero ha prometido depurar responsabilidades por lo que considera un "acto criminal imperdonable", por "la imprudencia, la irresponsabilidad y la actitud poco científica" que han permitido que algo así suceda. "Nunca podrán eludir su responsabilidad", han aseverado desde el alto mando militar. Este tipo de reconocimiento público de fallos técnicos o administrativos por parte de Corea del Norte es inusual, dado que el régimen suele ocultar incidentes que puedan interpretarse como señales de debilidad o incompetencia, especialmente en sectores estratégicos como el militar.