Josep Borrell sigue avivando el fuego con China. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores hace semanas que advierte del riesgo de una invasión del gigante asiático en la isla de Taiwán. Hace solo unos días, el dirigente europeo abogó por el diálogo como medio para evitar "escaladas" que desestabilicen la región. "La mayoría de problemas, si queremos evitar que lleguen al irreparable, que es la guerra, se tiene que reforzar los contactos diplomáticos, el diálogo, la negociación, el entendimiento mutuo," dijo, en una apuesta clara para esquivar la tensión. Borrell admitió que la UE ve la invasión como una posibilidad real, "pero ante este riesgo, lo que se tiene que hacer es no poner más leña al fuego".

Eso es precisamente lo que ha hecho él mismo este sábado. En un artículo de opinión en Le Journal du Dimanche, Borrell ha dicho que reunirá a los ministros de Asuntos Exteriores de todos los países de la Unión Europea este lunes para hablar sobre esta cuestión. "Porque si China no amenaza directamente nuestra seguridad, supone un reto multidimensional para Europa dado su peso sistémico en el mundo que no tiene nada que ver con el de Rusia", dijo.

La isla de Taiwán está donde Europa fija su atención. La posición oficial de la UE reconoce que solo hay una China --la continental y la insular-. "Pero no bajo ninguna condición", alerta Borrell en el artículo. "Y ciertamente no mediante el uso de la fuerza". Para evitar cualquier escalada en la región, el alto representante cree que Europa tiene que estar "mucho presente" para defender sus intereses económicos, comerciales y tecnológicos. Tanto es así que Borrell apuesta por solucionarlo con presencia militar europea. "Hago un llamamiento a las marinas europeas a patrullar el estrecho de Taiwán para demostrar el compromiso de Europa con la libertad de navegación en esta zona absolutamente crucial", dice, en una evidente escalada de la retórica contra China y que tan solo hace seguimiento de la estrategia contundente de los Estados Unidos.

Emmanuel Macron se desmarca

Las palabras del representante europeo llegan solo dos semanas después de que China iniciara tres jornadas de ejercicios militares en torno a Taiwán en respuesta a un encuentro entre la presidenta insular, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Kevin McCarthy. Y es que en el país norteamericano todos los dirigentes parecen decididos a incrementar las tensiones con el gigante asiático: el mismo presidente Joe Biden podría anunciar restricciones a la inversión en China en las próximas semanas, antes del encuentro del G-7. Pero la supuesta amenaza china que ve Borrell no genera la misma reacción entre los líderes europeos. Este mes, el presidente francés, Emmanuel Macron, provocó una cierta polémica advirtiendo que el continente no tendría que hacer "seguimiento" de los Estados Unidos en caso de que hubiera un conflicto bélico entre China y Taiwán.