Al menos tres palestinos han muerto este martes de madrugada tras nuevos bombardeos del Ejército de Israel contra el campo de desplazados del barrio de Tel al-Sultan, situado en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, tan solo un día después de que las fuerzas israelíes matasen al menos a 45 personas en un ataque similar contra el campamento de desplazados de Barakasat, en la misma zona. Un proyectil ha alcanzado una tienda de campaña perteneciente a una familia y también han resultado heridas varias personas, según ha informado la agencia de noticias palestina Wafa.

Además, otro palestino ha muerto por otro ataque en la misma ciudad, donde ha sido alcanzado el Hospital Indonesio. El ataque contra el campamento de este fin de semana ha despertado una oleada de críticas y condenas a nivel internacional, y el impacto ha sido tal que, según fuentes diplomáticas consultadas por la cadena de televisión Al Yazira o CNN, el Consejo de Seguridad de la ONU va a celebrar una reunión de emergencia a puerta cerrada a petición de Argelia para hablar sobre estos ataques.

Violación de derechos humanos

Los ministros de Exteriores de la Unión Europea acordaron este lunes solicitar una reunión del Consejo de Asociación UE-Israel para que este país responda sobre el respeto a los derechos humanos con el que se ha comprometido en el marco de sus relaciones con el club comunitario. “Finalmente, los ministros han acordado pedir un Consejo de Asociación con Israel, algo que no fue aceptado en discusiones previas”, anunció el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, en una rueda de prensa al término de un Consejo de titulares de Exteriores de la Unión.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha tildado de "trágico accidente" la muerte de civiles palestinos en Rafah a raíz del ataque del fin de semana. En una audiencia en la Knesset, el Parlamento israelí, con familias de rehenes de Hamás, el líder ha informado de que el gobierno está investigando el caso y se ha comprometido a llegar hasta el final del asunto. "Para nosotros, cada daño a civiles no involucrados es una tragedia", ha expresado, aunque ha añadido que no tiene ninguna intención de poner fin a la guerra. "Los que dicen que no están preparados para resistir la presión levantan la bandera de la derrota. Seguiré luchando hasta que se levante la bandera de la victoria. No tengo intención de poner fin a la guerra antes de alcanzar todos los objetivos", ha subrayado.